27/2/11

España y el FMI: 1959 vs 2011




 Plan C: "Vendan tierra, vendan la empresa de electricidad (...), vendan playas para que se desarrollen el turismo y la vivienda turística"

Alberto Ullastres (ministro franquista y del Opus): «La estabilización hay que hacerla en España desde el extranjero».

Así pues, nos ha tocado la china (nunca mejor dicho). Ni devaluación, ni rescate. Sucesivos agujeros en el cinturón y sin perspectiva alguna. Le llaman “devaluación interna”, una inexplorada senda hacia el Grial de la competitividad a base de reducir las condiciones de vida a niveles parecidos a los de nuestros formidables competidores chinos.


 

La crisis de la deuda: América Latina vs Eurozona


John Rathbone"Existen fuertes similitudes entre la la crisis actual europea y la crisis de la deuda latinoamericana de 1981. En ambos casos se trata de deuda en una moneda sobre la cual el país deudor no tiene ningún control y en ambos casos hay una primera fase de crédito fácil y barato seguida de una recesión global. "

La eurozona debería haber aprendido las lecciones de la crisis de la deuda latinoamericana. Una crisis que estuvo a punto de hundir a la banca norteamericana y que sólo se resolvió vía quitas y reestructuraciones de la deuda. A finales de los 70, la abundancia de petrodólares se tradujo en una avalancha de préstamos sin apenas condiciones sobre el subcontinente americano (los préstamos se hacían "sindicados": participaban varios bancos - en algunos casos hasta 500 - en cada sindicato, con lo cual la sensación de seguridad "sindical" era la otra cara del descontrol de la avalancha en la que muchos de los bancos prestamistas no sabían muy bien a quien estaban prestando).

Como en el caso europeo actual, sobrevino una crisis y el pánico se desató entre los inversores. En 1981 Paul Volcker subió los intereses en EEUU al 20%. La caída de México en 1981 sería el equivalente a la caída de Lehman Brothers. Entonces, como ahora, los bancos acreedores, con una exposición que doblaba su patrimonio neto, exigieron ajustes presupuestarios y rebajas salariales a los estados deudores. Para América Latina sería la década pérdida. La pobreza y la miseria de naciones enteras a cambio del salvataje de la banca del vecino norteño orquestado por el staff del FMI.

Entonces, como ahora, se exigieron recortes drásticos presupuestarios que se vendieron como planes de recuperación. Entonces, como ahora, se daba por supuesto que se produciría la suspensión de pagos, pero, en todos los casos, se trataba de retrasarla para dar tiempo a los inversores avispados a retirarse con las alforjas a rebosar.

España y el FMI 1.0. El Plan de Estabilización de 1959


Sustitución de importaciones. El INI


A principios de los años 50, la economía española seguía funcionando bajo los mismos parámetros que habían sido un lugar común durante la Gran Depresión y la 2ª G.M.: un modelo de desarrollo basado en una rígida política de sustitución de importaciones (autarquía) e industrialización basada en la iniciativa pública, el proteccionismo, los controles de precios internos y los controles de cambios, modelo cuyos orígenes habría que buscar en la economía de guerra prusiana durante al 1ª G.M.

El INI ( fundado en 1941 por Carrero Blanco, su director durante los 20 años siguientes fue J.A. Suanzes), inspirado en el IRI -Instituto per la Riconstruzione Industriale (1937) - de Musolini, constituiría el centro neurálgico de este modelo económico, dirigista, estatista (consideraba que la iniciativa privada no era suficiente para conseguir el crecimiento económico y debía ser tutelada) y opuesto al tradicional proteccionismo conservador corporativista privado de la época de la Restauración y de Primo de Rivera.

El INI centró su actuación en tres sectores claves: la electricidad, el hierro y los hidrocarburos; y tres secundarios: los transportes, la construcción naval y la automoción. Se pretendía la formación de un complejo industrial completo e integrado para alcanzar la autosuficiencia económica de España. El criterio base era la maximización de la producción que sería absorbida y financiada por un mercado español protegido. Los recursos financieros hasta 1957 procedieron directamente de los presupuestos del Estado o de la emisión de deuda garantizada por el Estado.

La política industrial se fundamentó alrededor de tres ejes.


a. La creación de empresas públicas.

b. El control de cambios, instrumentado a través del Instituto Español de Moneda Extranjera, (un sistema de cambios múltiples que dependía del ministerio de industria y no del Banco de España). Se trataba de que las escasas divisas obtenidas no se gastaran en importaciones superfluas y se dedicaran todas a los inputs necesarios para la industrialización.

c. La reglamentación de la empresa privada (leyes industriales de 1939-40)

Problemas del modelo


A medida que se ampliaba la base industrial era preciso importar más y más bienes de equipo, materias primas y productos energéticos; pero como la producción iba destinada en su gran mayoría al mercado cautivo interior, los medios de pago exterior (divisas) escaseaban. En 1957 las reservas de divisas estaban bajo mínimos.

La industrialización se financiaba en buena parte con aportaciones estatales y emisiones crecientes de deuda pública pignorable (que los bancos podían redescontar en el Banco de España) lo cual favorecía una expansión paralela del crédito privado. La economía había entrado en una espiral inflacionista.

El deterioro de la situación económica como consecuencia de estos desequilibrios, ponía en tela de juicio la continuidad del modelo. Además, el entorno económico europeo y mundial había entrado en una fase de fuerte crecimiento que dejaba boquiabiertos a los franquistas más recalcitrantes. Europa occidental había experimentado una rápida recuperación económica gracias al Plan Marshall, había superado las trabas a los intercambios comerciales e iniciaba el camino hacia la convergencia económica.

España había quedado fuera del proceso y se iba quedando también al margen de los organismos de cooperación e integración internacional que se iban constituyendo: Organización Europea de Cooperación Económica (OECE) en 1948, Unión Europea de Pagos (UEP) en 1950, Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) en 1951, y del Euratom y la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1957.

La reintegración al redil


En 1957-59, España miraba hacia fuera en busca de ayuda financiera y desde fuera miraban hacia España donde se percibían buenas oportunidades de negocio.

De hecho, a partir de los acuerdos (bases militares) suscritos con Estados Unidos en 1953, España estaba entrado por la puerta de servicio en algunos organismos internacionales gracias al aval de su todopoderoso tutor. La estrategia, recomendada por los norteamericanos a otros amigos poco democráticos, consistía en la incorporación paulatina a organismos de carácter técnico que funcionaban como cabezas de puente indirecto para penetrar poco a poco en las principales instituciones internacionales a las que se pretendía acceder. Así, se propició la entrada en organismos de segundo orden, como la agricultura, la alimentación, los transportes o las relaciones culturales, preparando el terreno para situar la participación española en niveles más elevados.

La negociación del Plan de Estabilización


El Plan de Estabilización de 1959 no fue un “dictamen” del FMI sino el resultado de una larga negociación de tres años (reuniones en Madrid, París, Washington, Basilea, Nueva York, … ) en la que participaron técnicos de la OECE, del FMI, del Departamento del Tesoro y de la banca privada norteamericanos junto a un amplio elenco de economistas españoles, en un prolongado y complicado toma y daca, durante el cual se elaboraron profundos y documentados estudios sobre la situación real de la economía española.

Las medidas contenidas en el Plan fueron:

. Devaluación de la peseta (60 pesetas/$) y convertibilidad exterior de acuerdo con el FMI

. Desmantelamiento progresivo de los controles de divisas y eliminación de los sistemas de cambios múltiples.

. Los controles sobre el comercio exterior se deberían desmontar sustituyéndolos por un solo arancel.

. Estabilización financiera interior: Reducción del gasto público y congelación del sueldo de los funcionarios. Reducción del salario real. Subida de los tipos de interés

. Reducción del intervencionismo del Estado en la economía.

. Permiso a las inversiones extranjeras en España, excepto en industrias de guerra, de servicios públicos y de actividades relacionadas con la información

. Amnistía de 6 meses para repatriar capitales de españoles fugados al extranjero.

En apoyo del plan se contaría con la financiación del FMI, la OCEC, el gobierno de los EEUU (en total 175 millones de dólares) y los créditos de la banca privada norteamericana como reserva.

España después del Plan de Estabilización de 1959


El Plan de Estabilización provocó una brusca pero breve recesión. En el segundo semestre de 1960 se superaba la recesión y hasta 1973, la economía española experimentaría un crecimiento espectacular sólo superado por Japón. La rapidez de los efectos sorprendió incluso a los observadores de las organizaciones internacionales.

En 1959 la balanza de pagos registró un superávit de 81 millones de dólares. La inflación se redujo desde el 12,6 por ciento en 1958 hasta el 2,4 por ciento en 1960. La inversión directa exterior hizo aumentar la productividad de las industrias y el agro. Para el turismo, que ya despuntaba como el principal sector de exportación, la convertibilidad de una peseta devaluada significó el disparo de salida que en pocos años convertiría a España en lider mundial. Turismo y remesas de los emigrantes llenaron a rebosar los cofres del Banco de España con las tan ansiadas divisas.

Después del Plan de Estabilización, la economía española siguió siendo una economía protegida que negociaba según las circunstancias los niveles de “liberalización” que consideraba oportunos en cada caso.

El auge del turismo y la construcción fue parejo con el paulatino abandono del sector industrial. La teoría de la ventaja comparativa se reafirmaba en la explotación de las playas y el benigno clima de la península y sus islas. Tras Franco, sus sucesores continuaron en la senda anterior acelerando la desindustrialización. La entrada de España en la CEE en enero de 1986 conllevó una ocupación casi total de la estructura productiva peninsular por parte del capital multinacional. Sólo los bancos, constructoras, energía y telecomunicaciones quedaron, de momento, fuera de su alcance. Los subsidios europeos y el crédito barato generaron una burbuja en el sector de la construcción y la bolsa que pincharía abruptamente en 1991.

La recuperación, a partir de 1995, volvió sobre los mismos parámetros burbujistas, impulsada por la entrada en en euro, los bajos tipos de interés y, sobre todo, la nueva ingeniería financiera que utilizaba el sólido tocho como elemento garantía del endeble castillo de naipes de la globalización financiera. La UE neoliberal impuso la privatización, a precio de saldo, de lo que quedaba del INI (energía, telecomunicaciones, Argentaria, Iberia, ...) y el capitalismo español pudo, por fin, vanagloriarse de poseer un puñado de multinacionales de nuevo cuño que gracias al crédito barato y a la fortaleza del euro se lanzaron a la recolonización Latinomérica, destartalada y desarbolada gracias al FMI..

España y el FMI 2.0. El pre-rescate de 2011


ATTAC: ¿Dónde se vota al FMI?

José Viñals, apoderado del FMI: "los mercados tienen tolerancia cero al cumplimiento de las políticas de déficit público" y, si no se alcanzan los objetivos, "van a castigar seriamente a esas economías"

Negociación = Cero

A diferencia de 1959, nuestra segunda experiencia con el FMI está siendo vergonzosa. A finales de la década de los 50 España estaba acuciada por el agotamiento de su reserva de divisas y la inestabilidad de su modelo de desarrollo y sin embargo, negoció duro y tendido durante años porque tenía algo que ofrecer a cambio (base industrial, mercados, activos públicos, … ) y sabía que iba a obtener ventajas ciertas si negociaba bien.

El interlocutor de entonces no era un FMI reconvertido en cobrador del mazo de los mercados. Los negociadores españoles enfrentaban un organismo que aún velaba por el buen funcionamiento del sistema monetario internacional.

Nos permitieron una peseta convertible pero infravaluada con lo que ganamos en competitividad para remontar. A cambio se cedió algo en liberalización, reconversión y flexibilización y listo. España se subió al furgón de cola del tren de la bonanza económica general y al cabo de unos años ya era pasajero de segunda clase con aspiraciones a 1ª.

Los abogados de los mercados, el bufete FMI-Comisión Europea, van a exigir la recapitalización de la banca zomby española con fondos públicos antes de final de año. Ahora no hay negociación que valga. España debe recortar en gasto social y pensiones a toda prisa para dejar sitio al FROB, el basurero financiero creado para absorber los activos tóxicos bancarios a costa de los bolsillos de los contribuyentes.

Los mercados, a través del FMI y la Comisión Europea, simplemente imponen sus draconianas condiciones (a menudo una simple llamada telefónica basta para anunciar un nuevo decreto ley al día siguiente). Los mismos "mercados" que hace unos años organizaron una burbuja inmobiliario-bancaria de órdago a base de hipotecas basura, una vez embolsados suculentos beneficios, exigen que sea el españolito de a pie quien pague los platos rotos de sus desmanes y su impericia financiera. No importa que haya un paro del 20% tras el "plan A". Si los mercados aprietan, la troika BCE-FMI-Comisión Europea ya tienen un "plan B" en la recámara (y por supuesto un plan C).

Un ajuste drástico, sin rescate


En mayo de 2010 se creó el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) para hacer frente a la eventualidad de una suspensión de pagos en Grecia. El Mecanismo se creó como algo provisional con una duración máxima de 3 años (en realidad se pretende hacerlo permanente vía reforma del Tratado de Lisboa). La dotación era de 0,44 billones de € (reforzados con la aportación del FMI de 0,31 billones de €).

Con los rescates (Grecia, Irlanda) se pretende soltar lastre de unos globos pinchados que indefectiblemente van a caer (de más arriba). ¿Porqué se malbaratan fondos públicos en operaciones fallidas e hipotecar el futuro de generaciones de griegos e irlandeses? Evidentemente se trata de dar tiempo a la banca centroeuropea para desmontar (a costa de los contribuyentes europeos) sus remuneradas posiciones en deuda griega o irlandesa, pero también de asustar y forzar una drástica devaluación interna en España.

En el caso de España, a diferencia de Islandia, Grecia o Irlanda, el “rescate” puede resultar muy difícil y peligroso, dada la magnitud de los fondos implicados. Así pues, lo que se impuso a los negociadores (sic) españoles fue simplemente que había que cumplir con las condiciones del rescate pero sin rescate. Se trataría de un plan de "desestabilización" sin ayudas de ningún tipo.

El rescate de Irlanda


(para el caso de Islandia ver: Islandia, crisis y revolución, en este mismo blog)

Los balances de los agresivos bancos irlandeses representan un 300% del PIB y fueron garantizados en su momento por un gobierno neoliberal incapaz de percibir la magnitud del agujero financiero.

Unos "agresivos stress tests" querían demostrar que el colapso de la banca irlandesa estaría bajo control a finales de 2010. En noviembre estaba claro que no y los mercados dejaron de prestar a Irlanda.

La Comisión y el FMI, diseñaron el rescate que en la práctica es un plan, a medida de los bancos acreedores, para garantizar que sea el sufrido contribuyente irlandés el que satisfaga las deudas contraídas por la banca zomby irlandesa con la banca de Europa occidental. Irlanda reconoce como públicas todas las deudas malas y recibe a cambio el préstamo del rescate con lo cual se libra, por un tiempo, de acudir a las cada vez más usureras subastas de los mercados.

En realidad se trata de intentar que el pánico no se extendiera a España. El rescate a Irlanda, como el de Grecia, se sabía fallido desde su misma concepción. Prestar a un estado insolvente, sometiéndolo a un proceso de recortes drásticos para colapsar su economía, es una inconsistencia de manual.

El resultado: Irlanda, que sólo hacía 88 años que se había independizado de Inglaterra, ha cedido su soberanía económica a la Comisión y al FMI. Se rescata a los ludópatas financieros y a los irlandeses, que los bomben. Emigración en masa, endeudamiento de hijos y nietos y bisnietos y estancamiento económico permanente (la deuda pública irlandesa podría superar los 0,25 billones de € en 2014)

Cinco meses después del rescate la deuda irlandesa está sólo a un punto de bono basura y los depositantes están corriendo a sacar sus ahorros de los bancos. Perecería que el rescate de noviembre es un fracaso estrepitoso pero ha servido, de momento, para evitar que el pánico cunda respecto a los bancos españoles.

Rescates-parche


Las intervenciones del FMI en Grecia e Irlanda, son las primeras en la historia que no vienen acompañadas de una devaluación de la moneda local como prerrequisito de la recuperación.

En realidad les importa un comino que Irlanda o Grecia se recuperen. Los rescates son parches para enfermos terminales con el único objetivo de frenar la infección hacia España y obligarla a tragarse un ajuste descomunal en medio de una recesión que va ha significar la ruina total del país.

Sin embargo, a diferencia del caso español, parece ser que tanto los irlandeses como los griegos o los islandeses, no tienen las tragaderas tan amplias para engullir semejantes desaguisados. Los islandeses sometieron a referéndum al FMI que salió trasquilado de las urnas. En Irlanda el Fine Gael centró su campaña en el repudio y la renegociación y Enda Kenny, el ganador de las elecciones, ya se ha apresurado a anunciar que "El rescate financiero es malo para Irlanda y malo para la UE".

Los irlandeses están aprendiendo economía a toda marcha y el ejemplo islandés empieza a pesar en la opinión pública. El economista irlandés Morgan Kelly propone simplemente abandonar a la banca a su suerte (que la rescaten el BCE y los bancos centroeuropeos), clausurar el NAMA y equilibrar el presupuesto.

Salir del euro? rescatar a España?


Salir del euro implica que España, (o Italia o Portugal, o Bélgica, …) hoy teóricamente solventes en euros, dejarían de serlo a todas luces al tener que retornar euros (o su equivalente en francos, florines o marcos) a cambio de su antigua moneda devaluada. Salirse del euro para estos países significaría la suspensión inmediata de pagos con sólo anunciarlo.

Tampoco les interesa a los alemanes y holandeses salirse del euro. El crecimiento alemán se basa en sus exportaciones de bienes y servicios (50% del PIB), en su mayoría dirigidas a la Eurozona. Con un marco alemán revaluado frente a la peseta, el escudo, la lira o la libra irlandesa, y por supuesto el dólar, el yen o la libra británica, la caldera exportadora germánica literalmente implosionaría.

Entonces salvar al euro implicaría rescatar a España?


Pues no. Eurolandia no es una federación y el presupuesto de la Comisión Europea no alcanza el 1% del PIB europeo. España no puede ser rescatada fácilmente como en los casos de Grecia e Irlanda. Su endeudamiento publico y sobre todo privado (convirtiéndose rápidamente en público vía SIPs EPAs y FROB) es del orden del medio billón de euros y es dudoso que los contribuyentes de nuestros países vecinos se advinieran a tirar por la borda sus contribuciones. Si no se vuelve a la senda del crecimiento esta deuda (que no hace más que aumentar) se va haciendo más y más insolvente. Y España ya tiene muy poco con que responder (AENA, la lotería, el Prado, playas, ....). Décadas de liberalismo han liquidado (y malbaratado) prácticamente todo el patrimonio estatal heredado de la época del franquismo.

Así pues, nos ha tocado la china. Ni devaluación, ni rescate. Sucesivos agujeros en el cinturón y sin perspectiva alguna. Le llaman “devaluación interna”, una inexplorada senda hacia el Grial de la competitividad a base de reducir las condiciones de vida a niveles parecidos a los de nuestros formidables competidores chinos. Al final, inexorablemente, la suspensión de pagos. Y mientras, nuestras grandes firmas del IBEX registrando beneficios sorprendentes o quizá no tan "sorprendentes".

Más sobre el tema:
Lorenzo Delgado Gómez-Escalonüla: El ingreso de España en la
Organización Europea de Cooperación Económica

Esther M, Sánchez Sánchez: El auge del turismo europeo en la España de los años 60

10/2/11

Historia del Fondo Monetario Internacional (FMI)


Rodrigo Rato (marzo de 2007) : "Los hedge funds aportan beneficios obvios: han añadido liquidez al mercado y han ayudado a transferir el riesgo a una variedad mucho mayor de inversores dispuestos a asumirlo. En ese sentido han contribuido a la estabilidad y también han ayudado a reducir la ineficiencia de los mercados"

Marta Harnecker: "El problema de la "democracia" actual es que la mayoría de las decisiones importantes no se toman en la sede de los parlamentos o de los gobiernos, sino en las del FMI, el BM, el Banco Central Europeo, la Comisión Europea, ... , cuyos miembros obedecen las directrices de las grandes corporaciones."

En Islandia el FMI ha sido sometido a referéndum y los islandeses han votado con un rotundo "NO". España está a punto de ser "rescatada". La capitalización de las cajas-banco con cargo a fondos públicos (quien sino va a adquirir acciones de entidades quebradas) podría precipitar los acontecimientos. El F.M.I. es la agencia internacional especializada en este tipo de "rescates" y ha participado en los rescates de países del este, Islandia, Grecia, Irlanda, ... y de hecho está participando en el diseño del ajuste "pre-rescate" ibérico. El "pack" habitual consiste en reducir el empleo y los sueldos del sector público, instituir el "co-pago" en la sanidad pública, la educación y los productos farmacéuticos, racionalizar (sic) las camas de los hospitales públicos, privatizar de activos públicos, ... En Grecia están sugiriendo que el estado venda sus playas.


El FMI, según noticias recientes, ha practicado una "demoledora auditoría interna" que analiza el comportamiento del FMI ante la reciente crisis financiera. El informe "disecciona" precisamente los años en los que Rodrigo Rato, actual presidente de Caja Madrid, fue su director general (2004 hasta el 2007) .

Puestos a "auditar" y a "diseccionar" veamos con más detalle cual ha sido la tenebrosa historia del Fondo Monetario Internacional, institución que tubo el honor y el placer de dirigir nuestro insigne y neoliberal compatriota, y que todo apunta a que se va ha convertir en algo muy cercano y cotidiano para los españoles de la década que acabamos de iniciar.

Origen del FMI - BM


La segunda guerra mundial evidenció la ferocidad autodestructiva del capitalismo. Tras 15 años de depresión los gurus del neoliberalismo se escondían bajo las piedras, el sistema se disfrazaba (Estado del bienestar) frente al peligro de revolución social y se lanzaban proclamas por una reconstrucción de la economía mundial sobre bases más estables y justas.

En 1944 se celebró en Bretton Woods, un pequeño pueblo del estado norteamericano de New Hampshire, una conferencia dónde se discutió sobre la manera de establecer alguna clase de normativa monetaria internacional para evitar una nueva espiral depresiva como la de los años treinta.

En Bretton Woods nacerían dos instituciones hermanas (el FMI y el Banco Mundial) cargadas inicialmente de buenas intenciones pero que en el curso de los años mutarían en organismos degenerados de destrucción masiva.

La 1ª etapa del F.M.I (1945-1971)


La misión original del FMI fue la de asegurar la estabilidad del sistema financiero mundial (implicaba el reconocimiento de que las instituciones financieras y "los mercados", desregulados y especulativos, tendían a desestabilizar el mismo sistema financiero y el conjunto de la economía). Así pues, su propósito inicial incluía la domesticación y la regulación a escala global y nacional del sistema financiero.

La crisis y la guerra habían destruido la moneda internacional. Así como durante la guerra civil española se cambiaban pollos por aparatos de radio, en el comercio internacio­nal de la posguerra pasaba el mismo. Sólo el oro era aceptado como moneda, pero de oro había poco y casi todo estaba en los EEUU.

En las conferencias previas a Bretton Woods, J.M. Keynes, como representante de Inglaterra y, por extensión, de la mayoría de naciones endeudadas, proponía la creación de una moneda internacional, el bancor, emitida y controlada por una autoridad financiera mundial, para facilitar la expansión del mercado mundial y frenar la peligrosa tentación especulativa. La nueva moneda, sin relación alguna con el oro, significaría la posibilidad de una oferta monetaria elástica.

Harry Dexter White, del Dep. del Tesoro norteamericano, propuso en 1942 un "Fondo de Estabilización de la Naciones Unidas" que acabaría siendo el FMI, un fondo de monedas internacionales constituido por las cuotas aportadas por los países miembros. Los países más ricos son los que más ponen y son los que dirigen el organismo, puesto que el poder de voto está en relación a la cuota aportada. EEUU detenta el 17,5% y como es preciso el 85% de votos para sacar adelante una propuesta, EEUU tiene poder de veto. También propuso la creación de un Banco de Reconstrucción y Desarrollo, que acabaría siendo el Banco Mundial. Ambas instituciones tenían, entre otras cosas, la misión de evitar la repetición de la depresión mundial.

Tras los buenos deseos iniciales y en contra de los deseos de Keynes ( y seguramente del mismo White) El FMI se convertiría en una agencia internacional controlada desde Washington y el sistema monetario internacional no se basaría en el bancor sino en el dólar que sustituiría a la libra como moneda mundial. El nuevo sistema monetario nacía viciado. Precisaba una balanza de pagos USA deficitaria para poder suministrar los dólares necesarios como única divisa de reserva internacional. Pero una balanza demasiado deficitaria genera desconfianza (la paradoja de Triffin) en la propia moneda.

Los países miembros del FMI se comprometían a mantener fijas las paridades de sus monedas. En caso de desequilibrios los tipos de cambio podían ajustarse (por ejemplo devaluar) pero siempre de una forma negociada en el seno del FMI. Los tipos de cambio se anclaron al dólar convertible en oro a razón de 35$/onza.

Eran los bancos centrales los encargados de mantener las paridades fijadas interviniendo en el mercado de divisas (forex) armados con sus reservas de divisas. Cuando un banco central agotaba sus reservas de dólares (por ejemplo porque su país ha importado por valor superior del que ha exportado, está en déficit y su moneda se está devaluando en el forex) el FMI se los prestaba, a cambio de "ciertas condiciones" para disminuir el déficit exterior, aceptando como garantía el equivalente en moneda del país con problemas (giro). No era preciso acudir a "los mercados".

El Plan Marsall, otro tipo de "plan de rescate"

En 1947 Europa se hallaba al borde del caos. Los países tenían que importar bienes para sobrevivir a la gran destrucción de la guerra y no disponía de medios de pago. A parte de la crisis económica, la inestabilidad política amenazaba al capitalismo. Los gobiernos de Francia e Italia se tambaleaban ante la presión de los sindicatos y los partidos comunistas. Inglaterra se veía obligada a retirarse de la India y Palestina y abandonar la lucha contra la insurgencia comunista en Grecia y Turquía.

Las instituciones de Bretton Woods resultaban poco adecuadas e insuficientes ante la magnitud de los problemas y EEUU optó por un plan de ayuda masiva.

El Plan Marshall generaría la liquidez necesaria para la reconstrucción europea (17.000 millones de $ para 16 países) y los pagos por las importaciones procedentes de los EEUU.

Cuando se presentó el plan al Congreso (diciembre de 1947) las resistencias de los legisladores se disolvieron ante el panorama europeo y la amenaza soviética (en febrero de 1948 accedían al gobierno los comunistas en Checoslovaquia). El Plan Marshall (6.800 millones el primer año y 17.000 millones para los siguientes 4 años) también pretendía disminuir el comercio con Europa Oriental y la URSS y la rápida reconstrucción de Alemania Occidental como escaparate de las ventajas del capitalismo frente al bloque oriental.

No fue un plan de rescate con "condiciones". No fue un plan de rescate para "rescatar" acreedores de casino, fue un plan para que los países beneficiarios pudieran invertir en infraestructuras, servicios públicos, subsidios al desempleo, ... Eran rescates "sin condiciones" (en el rescate de Indonesia en 1997 se establecieron nada menos que 140 condiciones para acceder al préstamo).

La recuperación europea y la crisis del sistema de pagos

Entre los 50 y los 60 los países europeos pasaron paulatinamente de importadores a exportadores netos con respecto a los EEUU. Los productos europeos (y luego los japoneses) con frecuencia resultaban mejores y más baratos que los norteamericanos. A partir de 1958 los principales países de la OCDE habían desmantelado los controles de cambios en operaciones comerciales pero los mantenían cuando se trataba de operaciones de capital (mercados). En 1960 las reservas de dólares en manos de extranjeros superaron las reservas de oro norteamericanas.

La estabilidad monetaria se había convertido en un problema para la competitividad de la economía norteamericana. Mantener el patrón dólar-oro hubiera implicaba cierta estabilización en los EEUU en orden a aumentar su competitividad (lo que hoy denominamos una devaluación interna).

Una vez acabado el boom de la posguerra el capitalismo veía asomar de nuevo el fantasma del estancamiento y la depresión. La deuda y la financiarización iban a convertirse en la alternativa y el combustible necesario no podía ser otro que el dólar liberado de su vinculación al vil metal.

La 2ª etapa del F.M.I.

La regulación del sistema y el periodo de relativa estabilidad financiera acabó con el Acuerdo Smithsoniano de 1972. El dólar dejó de ser convertible (se devaluó) y la flotación (oferta-demanda en el forex) reemplazó al sistema de tipos de cambio fijos, es decir, los bancos centrales dejaban de intervenir de oficio con sus reservas de divisas, aunque en la práctica -flotación sucia - siguieron interviniendo para "orientar" la evolución de sus tipos de cambio.

En el caso europeo la libre flotación equivalía a un desbarajuste comercial, por lo que los miembros de la CEE a intentaron mantener un sistema de tipos fijos en Europa - la serpiente monetaria - previo a la posterior unión monetaria.

A partir de las crisis monetarias de los 70 los objetivos de control y estabilidad de Bretton Woods se aparcaron definitivamente mientras se imponía de nuevo la desregulación financiera, la libertad absoluta para los movimientos de capital, la proliferación de los paraísos fiscales, las compras y fusiones transfronterizas, la aparición de sofisticados productos financieros, la privatización de lo público, ... Las grandes multinacionales y conglomerados financieros cabalgaban de nuevo y gobiernos, agencias e instituciones, se sometían a la deriva conocida desde 1989 (según definición de John Williamson) como el "Consenso de Washington".

Los organismos y agencias internacionales serán asaltados por un ejército de mercenarios a nómina de los grandes grupos empresariales. Las oficinas de lobbying pasarán a convertirse en anexos permanentes y los ejecutivos de los grandes grupos multinacionales en los verdaderos gerentes del FMI - Banco Mundial, de la Comisión Europea, de los organismos de las Naciones Unidas, ...

Se atacó el supuesto "tercermundismo" de la ONU y sus agencias. En 1974 la Asamblea General había adoptado la Carta de los Derechos y Obligaciones Económicas de los Estados, que salvaguardaba, entre otras cosas, el derecho de los gobiernos a "regular y ejercer su autoridad sobre las inversiones extranjeras" así como "regular y supervisar las actividades de las empresas multinacionales" y reafirmaba el derecho de los estados para "nacionalizar, expropiar o transferir la propiedad de los inversionistas extranjeros". La Carta venía acompañada de un "Código de Conducta para las Empresas Transnacionales" y la creación de un Centro de Estudios de la Empresa Transnacional en aras a posibilitar el control público y democrático de las mismas.

Los lobbystas de EEUU y el Reino Unido no pararon hasta conseguir la anulación de la Carta, el Código y el Centro de Estudios y en los 90 intentarían imponer el prepotente y ultraliberal Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), una especie de Carta para la hegemonía plena y absoluta de capital transnacional, dejando a cero todo posible control democrático de las actividades de las multinacionales, una verdadera conspiración internacional llevada en el más absoluto secreto hasta que se publicó en internet una copia del borrador en 1997 que desató una fuerte campaña internacional de oposición que obligó a retirarlo.

Por otro lado, todo un conjunto de funciones propias de la UNCTAD, OIT, UNESCO, OMS, fueron intervenidas por el tándem BM - FMI, de forma que los temas de sanidad, educación, seguridad social, ... pasaran a ser moneda de cambio neoliberal en orden a allanar el camino a las grandes corporaciones multinacionales.

Así pues, el tándem FMI-BM adquiriría en esta nueva etapa un rol cualitativamente nuevo y en las antípodas del objetivo inicial en el momento de su creación. Se convirtieron en el mejor instrumento para hacer prevalecer a toda costa los intereses de las multinacionales, la expansión de la financiarización y la especulación. De policía financiero a policía corrupto al servicio criminal de los mercados especulativos.

El FMI y la espiral de la deuda externa. Las "terapias de choque"

En 1974 se cuadruplicó el precio del petróleo. El petróleo pasaría a ocupar el lugar del oro como respaldo a la divisa norteamericana. Las petroleras y Washington (Kissinger) imponían unas nuevas reglas de juego que catapultarían al cartel bancario Wall Street - Londres al puesto de primer actor económico mundial.

A lo largo de la década de los 70 los bancos del norte, con enormes excedentes de dinero debido a las hinchadas cuentas de petrodólares depositados por los países exportadores de petróleo en el mercado de eurodólares (mercados financieros extraterritoriales desregulados), ampliaron el negocio hacia al sur en busca de superbeneficios. Los préstamos exigían el aval del estado del país receptor y se hicieron sin garantías claras (los préstamos se hacían "sindicados": participaban varios bancos - en algunos casos hasta 500 - en cada sindicato con lo cual la sensación de seguridad "sindical" era la otra cara del descontrol de la avalancha en la que muchos de los bancos prestamistas no sabían muy bien a quien estaban prestando).

El tándem financiero Wall Street-Londres "reciclaba" los petrodólares que los miembros de la OPEP depositaban en sus cuentas "offshore", prestándolos, a suculentos tipos de interés, a los países consumidores de crudo. La espiral de la deuda mundial había empezado y el BM y el FMI se preparaban para asumir su nuevo rol como garantes del casino financiero, policías del capital especulativo y guardias de asalto y saqueo de los activos y bienes públicos del planeta.

A finales de los 70 la crisis económica se generalizó haciendo bajar en picado el precio de las primeras materias que producían los países pobres.

Cuando la situación económica empeoró en los EEUU, con los sucesivos choques petroleros y síntomas claros de problemas de sobreproducción con estancamiento de la inversión y el consumo, el gobierno de Reagan ordenó una subida de los tipos de interés norteamericanos (hasta el 20%) para atraer los fondos que necesitaba para compensar los crecientes déficits por cuenta corriente.

Esta retirada de capitales tendrá consecuencias funestas para Hispanoamérica y África. En agosto de 1982 estalló la crisis de la deuda cuando países como México, Brasil o Perú se declaraban insolventes y Argentina se tambaleaba. El Plan Baker, orquestado por el FMI, obligó a 15 naciones endeudadas a abandonar sus planes de desarrollo y a privatizar sus activos y bienes públicos a cambio de facilidades en la devolución de su deuda.

El BM y el FMI evitaron la quiebra de los bancos implicados (los bancos acreedores tenían una exposición que doblaba su patrimonio neto). Actuaron como gendarmes financieros de los ricos operando como cobradores internacionales de morosos, obligando a los países implicados a socializar las deudas privadas y generar excedentes que pudieran ser transferidos a los bancos, es decir hipotecando las economías y las exportaciones de los países del tercer mundo para asegurar el reembolso de la deuda externa. Para América Latina sería la década pérdida. La pobreza y la miseria de naciones enteras a cambio del salvataje de la banca del vecino norteño orquestado por el staff del FMI.

Pero además, el FMI y el BM, convertidos en agencias de las multinacionales, aprovechaban la ocasión (terapia de choque) para desmembrar las economías "rescatadas" ofreciendo los despojos a las corporaciones multinacionles que pasaban a controlar la banca, las industrias extractivas, los monopolios públicos, la distribución comercial, ...

Las políticas de ajuste estructural (PAE) obligaban a eliminar los subsidios para alimentos básicos, elevar las tasas de interés, suprimir regulaciones sobre movimientos de capitales externos, adelgazar o eliminar servicios públicos, bajar aranceles, y reducir sus presupuestos, todo con el objetivo de reconvertir las economías en plataformas exportadoras de las multinacionales. El FMI obligó a Tanzania a cobrar por consultas en hospitales y por aceptar niños a las escuelas. Como consecuencia, las consultas en los hospitales cayeron en un 53% y la tasa de analfabetismo creció de forma dramática.

Los índices de pobreza y desigualdad se dispararon pero con el inestimable apoyo de teóricos como el afamado ex-anarquista John Turner (Housing py People: Towards Autonomy in Building Environment, 1976) que promovían programas anarco-neoliberales (sic!) de auto-ayuda para los chabolistas (legalización y titulación de urbanizaciones ilegales, autoconstrucción de inmuebles, micro-empresas, micro-créditos, etc) que demostrarían la habilidad de los pobres para salir de la miseria por ellos mismos y la incompetencia de los planes de vivienda pública, el tándem FMI-BM procedía impertérrito a desviar todo el peso de los ajustes sobre los más débiles.

El resultado es el mundo al revés: los países pobres suministrando "ayuda" para financiar el crecimiento de los países ricos. Entre 1983 y 1990 los países ricos recibieron "ayudas" financieras proviniendo del 3r mundo equivalentes en términos reales a dos veces el celebrado Plan Marshall.

En 1985 empezó una nueva etapa en la que la transferencia de recursos de los pobres hacia los países ricos se aceleró. El F.M.I. y el B.M. empezaron a exigir el reembolso de sus propios préstamos. Como buenos banqueros el F.M.I. y el B.M. quieren obtener beneficios de su actividad en el 3r mundo. Se trataba de que fueran los mismos países pobres los que financiaran los préstamos a otros países pobres.

Vivimos en un mundo global en el que se considera normal que países pobres como Uganda gasten doce veces más per cápita en devolución de la deuda que en sanidad pública, en medio de una crisis de SIDA que afecta a más del 40% de los menores de 40 años.

El FMI y las ONGs


Si todo falla tenemos las ONGs. Los neoliberales tienen muy claro la baza que han de jugar las ONGs. No hay que preocuparse demasiado por las consecuencias de las políticas implementadas por el FMI-BM. Las ONGs acuden inmediatamente como recurso de última instancia. Se ha creado un mercado de la compasión paralelo e intrínseco a la globalización que actúa como válvula de seguridad.

Para los defensores de la desvinculación del Estado respeto la cuestión social, la existencia de las ONGs es la demostración de la bondad del funcionamiento automático del sistema de mercado capitalista. La privatización de los servicios públicos, impulsada por el Banco Mundial en favor de las multinacionales del sector, significa siempre que dejan de ser "públicos" para quien no puede pagarlos. Las ONGs entran en acción para suavizar el impacto de quedar desconectados de la red de transportes, del suministro de agua y luz, de la asistencia sanitaria, de la educación escolar, ...

De hecho la instrumentación de las políticas neoliberales actúa en forma de pinza: Propuestas bien documentadas desde arriba (FMI, BM, etc) y propuestas implementadas desde abajo (micro proyectos, micro créditos, micro empresas, ... de las ONGs)

El Banco Mundial bajo la presidencia de James Wolfensohn (1995) , promovió la incorporación de las ONGs en su estrategia incorporando sus puntos de vista directamente en el diseño de los PRSP (Poverty Reduction Strategy Papers). En la actualidad una organización como el Banco Mundial, la Fundación Ford o la Fundación Friederich Ebert, trabajan a través de ONGs de primera fila que subcontratan a ONGs sobre el terreno.

El FMI y la transición Rusa 


En los 90 el gran hito de la mundialización, dirigida por el tándem FMI-BM, fue la conversión del "2º Mundo" (antiguo bloque soviético) en 3r Mundo con el poco edificante resultado de un incremento escalofriante de la pobreza en la zona (de 14 millones a 170 millones). El FMI se involucró de lleno en la desestabilización y el descontrol concediendo ingentes cantidades de créditos preferenciales que fueron a parar a las cajas del crimen organizado el cual se convertiría en el principal pujador en las manipuladas y fraudulentas subastas de activos públicos que se produjeron tras la bancarrota total del estado.

En colaboración con los economistas de Harvard, en especial el "shock terapista" Jeffry Sachs (que últimamente va de arrepentido), el FMI dictó los términos del ajuste que iban a poner de rodillas al gigante ruso. La consigna fue: "lo más rápido que se pueda". Abandono de la planificación, venta inmediata de toda la industria estatal, liberalización de los precios, eliminación de los subsidios. El choque fue brutal: En enero del 1992 se levantó el control de los precios en el 90% de los productos y en 1994 tres cuartas partes de las empresas habían pasado a las "manos privadas" de gansters y funcionarios corruptos.

Se cumplían las previsiones del sr. Jeffry Sachs . Una nueva clase capitalista había nacido en Rusia. Un poco a lo bestia, hay que reconocer. Se desencadenó un paroxismo febril para robar cualquier cosa al alcance de un patrimonio que unos meses antes pertenecía al conjunto de una enorme nación. Recursos naturales, oro, diamantes, petróleo, gas, bosques siberianos, níquel, cobalto, platino, plutonio, ... con la inestimable colaboración del capital foráneo bien informado. La rapiña llegó incluso a la "evaporación" directa, a través de paraísos fiscales, de los mismos fondos de ayuda del FMI.

El mecanismo del saqueo organizado bajo la supervisión del FMI (ya ensayado en Polonia en 1989-90) fue el siguiente: a principios de los 90 se creó apresuradamente una bolsa y una serie de bancos privados se apresuraron a registrarse como nuevas entidades operativas. El cleptócrata Boris Yeltsin había llevado el endeudamiento público al paroxismo. Los nuevos bancos prestaron al gobierno con garantía o aval de compañías públicas de gas, de petróleo o de minerales. En cosa de unos meses estos "colaterales" pasaron en masa y a precios ridículos a manos de los avispados banqueros y las mafias que los patrocinaban. La compañía Norilsk Nickel ( la mayor compañía de níquel y platino del planeta) fue adjudicada por 170 millones de $ al banco Oneksimbank. En julio de 2003 su valor era de 53.000 millones.

A mediados de los 90 la nueva "burguesía roja" había acumulado más de 150.000 millones de $ en cuentas en bancos extranjeros y propiedades residenciales.

En el primer año de la "reforma" la producción industrial colapsó en un 26%. Entre 1992 y 1996 el PNB ruso cayó un 42% mientras la renta per cápita caía un 40%. El estado ruso en bancarrota dejó de pagar sus sueldos a los maestros y funcionarios. A finales de los 90, tres cuartas partes de los rusos ganan menos de 100 $ al mes y el 30% estaban en la más absoluta pobreza con menos de 2,5 $ al día.


Todos los indicios (denuncias e informes de la CIA incluidos) sobre corrupción galopante, el desvío de los fondos, el fraude y la penetración del crimen organizado en la economía y las instituciones del nuevo estado ruso fueron simplemente aparcados y el FMI siguió reforzando y enriqueciendo a los nuevos "capitalistas" rusos, es decir, financiando el asalto a mano armada de la mafia y la corrupción a gran escala rusas.

El FMI fue la palanca financiera del apoyo del gobierno de los EEUU a la deriva especulativa, inducida por Wall Street, de la transición capitalista rusa. Sin otra consideración que los beneficios a corto plazo, los ciudadanos rusos fueron sometidos a una infernal terapia de choque paralela a una burbuja especulativa que acabaría en desastre en 1998.

La última intervención del FMI, justo antes del crac ruso de 1998, fue utilizada íntegramente por los insiders - rusos y extranjeros - para rellenar sus alforjas con dólares y salir en estampida antes de la debacle.

El 16 de julio de 1998, el FMI, junto al Banco Mundial y Japón, acordaron los términos de un macro préstamo de 17.100 millones de $ al gobierno ruso en un paquete al que se sumarían otros préstamos y que alcanzaría los 22.600 millones de $.

Fue la oportunidad de oro que precisaban los insiders bien conectados para convertir rápidamente sus activos en rublos a dólares. De esta manera el FMI, para salvar a tiempo a una selección de especuladores sin escrúpulos, desencadenó la salida precipitada del rublo que desencadenaría el crac con consecuencias espantosas para la población.

El último préstamo del FMI al cleptócrata Yeltsin desapareció misteriosamente en menos de una semana en una maraña de cuentas numeradas en paraísos fiscales.

La “terapia de choque” en Rusia resultó en realidad un “electroschok” sobre decenas de millones de rusos que fueron reducidos a la miseria mientras la economía rusa colapsaba.

Se trató de una pauperización en masa instantánea sin precedente en la historia. Dejar de golpe en la pobreza extrema al 60% de la población rusa es uno de los principales logros de tan loable institución.

El FMI y la destrucción de Yugoslavia 

En los años 60 la economía yugoslava era próspera (crecimiento del PIB 6,1% de media). Poseía un poderoso y dinámico sector industrial. El desempleo era bajo y el nivel educativo y sanitario (ambos gratuitos) del país era envidiable (esperanza de vida de los varones 72 años). Las empresas yugoslavas exportaban tanto a Occidente como al Bloque Soviético y recibían encargos para la construcción de infraestructuras en África, Europa y Asia. Los directivos de estas compañías eran supervisados por consejos de trabajadores constituidos por todos los empleados de la firma.

Los sindicatos eran poderosos y no escaseaban las huelgas tras conflictos con los directivos. Los yugoslavos pertenecían a un país no alineado y tenían libertad para emigrar. En los años 70, más de 400.000 emigrantes enviaban remesas a su patria desde de Alemania y otros países europeos.

La crisis del petróleo en los años 70 generó enormes excedentes financieros (petrodólares) en busca de rentabilidad. Los banqueros se ofrecieron como gestores e intermediarios (reciclaje) y organizaron sindicatos bancarios (Club de París, Club de Londres, ...) para prestar a estados sub-prime dispuestos a pagar sustanciosos tipos de interés. Al igual que a muchos países latinoamericanos, los mercados ofrecieron préstamos a los yugoslavos necesitados de divisas para para poder seguir financiando las importaciones de productos energéticos cuyos precios se habían disparado.

Mientras la Yugoslavia de Tito incorporó una desviación frente a la ortodoxia del bloque soviético, el país no figuró entre los objetivos de las agencias secretas occidentales. Pero en los años 80 la situación había cambiado de cuajo. Había que erradicar el ejemplo del socialismo yugoslavo de la agenda a seguir por Rusia y el resto de democracias populares.

La  NED (National Endowment for Democracy), una ONG vinculada a la CIA, y George Soros en el papel de consejero (papeles desclasificados en 1992 implican a las agencias USA en la desestabilización del país) aprovecharon las dificultades financieras que atravesaba el país para exigir condiciones de “apertura” de su mercado a los competidores occidentales y preparar el terreno para que el FMI, a cambio de sucesivos rescates,  impusiera una terapia de choque extraordinariamente dura: privatización de las empresas autogestionadas, liberalización de la inversión exterior, desmantelamiento del sector público, privatización de la banca pública, las habituales “reformas estructurales” y los consiguientes “recortes” drásticos en los servicios públicos.

Una Yugoslavia próspera hubiera sido un precedente inadecuado para el resto de democracias populares en transición. La terapia de choque impuesta a Yugoslavia se diseñó  adrede para desestabilizar y desintegrar el país.

Mientras el FMI se complacía por el control directo del banco central yugoslavo (impidiéndole prestar al gobierno), el país entraba en una espiral depresiva de endeudamiento, inflación y estancamiento, que lo llevarían a la desmembración y a la guerra a principios de los 90. En 1989-1990 más de mil empresa fueron a la bancarrota. En 1990 el PIB cayó un -7,5% y en 1991 – 15%. Los salarios perdieron el 41% de su valor real durante los 6 primeros meses de 1990. En dos años el paro aumentó en más de 2 millones, la mayoría obreros industriales.

Los ingresos públicos que debían financiar las transferencias a las repúblicas confederadas se desviaban para pagar a los acreedores del club de París y el club de Londres. Al final la federación estalló. En junio de 1991 se producían las declaraciones formales de secesión de Croacia y Eslovenia.


El FMI-BM preparando las hambrunas del siglo XXI


México fue sometido a una sistemática terapia de choque del FMI desde la crisis de 1985 y obligado a entrar en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (1994) que, entre otros desmanes (México es en la actualidad un estado fallido controlado por las mafias) , significó la total destrucción de las estructuras agrarias tradicionales. México pasó a ser importador neto de alimentos y en particular del maíz producido (a base de subsidios) en EEUU. Además, el desmantelamiento de los controles gubernamentales sobre la distribución la ha dejado en poder de monopolios privados como Cargill con poder para especular con las tendencias del mercado. México es en la actualidad un estado fallido en manos de las mafias cuyo sector más dinámico es el narcotráfico.

Filipinas es un ejemplo de como la restructuración promovida por las terapias del FMI pueden transformar peligrosamente a un gran país autosuficiente en importador neto de alimentos.

Cuando el dictador Marcos huyó del país en 1986 había 900.000 Tm. de arroz en los almacenes gubernamentales. En los años siguientes el FMI impuso un plan de ajuste que implicó una salida de entre el 8 y el 10 por ciento del PIB en pago de la deuda entre 1986 y 1993 mientras que los intereses se comían casi el 30% de los presupuestos públicos.

El recorte de los programas agrícolas fue a la par con la liberalización comercial promovida por la entrada de Filipinas en la Orgnización Mundial de Comercio (OMC). El arroz tailandés y vietnamita, mucho más baratos, entraron en competencia con los productores locales ya muy tocados por la falta de apoyos gubernamentales y que en muchos casos dejaron de producir arroz para producir flores y espárragos para el mercado internacional según los dictados neoliberales del FMI.

La experiencia de México y Filipinas la sufrirían un país tras otro. El objetivo logrado por el FMI y el BM ha sido el de instaurar un supermercado agrícola global de consumidores de élite y clase media, organizado por las multinacionales en régimen de oligopolio como Cargill, Monsanto y Archer Daniels Midland y distribuido por monstruosas detallistas como Wall-Mart, Tesco o Carrefour.

Como en el caso de los medicamentos son los consumidores con tarjeta de crédito los que determinan lo que hay que producir. Mientras las farmacéuticas producen ingentes cantidades de medicamentos superfluos y dejan de lado las enfermedades que afligen a los pobres, la agricultura global produce biocombustibles, carne, frutas tropicales, flores ... fuera del alcance de la gran mayoría de la población del planeta.

El FMI y la crisis asiática de 1997


En los 1980s, un crecimiento económico del 7-8% anual se había traducido una mejora notable del nivel de vida de la región del Sudeste asiático. Los "tigres asiáticos" habían disfrutado de su particular plan marshall y de un entorno económico y financiero protegido.

En 1993, el FMI, de acuerdo con el Consenso de Washington y las exigencias de Wall Street, promovió la desregulación y la eliminación de las trabas a los flujos de capital en la zona (no se trataba en absoluto de países necesitados de fondos puesto que la tasa media de ahorro en la zona era de más del 30% de media) que impedían la benefactora globalización. Entre 1994-1997 la penetración masiva de fondos especulativos generó una doble burbuja en las bolsas y el inmobiliario. Justo un mes antes de la crisis el FMI se autocomplacía y regodeaba sobre lo acertado de sus políticas globalizadoras neoliberales.

La crisis no fue el resultado del ciclo de los negocios. Se trató de un shock externo. En 1997 el nivel de endeudamiento alcanzado puso nerviosos a "los mercados". Pronto se organizaría un rally "shorting" (apostando a la baja) que llevaría a una retirada en masa de la zona.

Soros y compañía se encargaron de traducir el pinchazo subsiguiente en una corrida contra sus monedas para forzar la devaluación y la intervención del FMI.

El FMI forzó a los países asiáticos a eliminar los controles sobre los movimientos de capitales y a liberalizar sus sectores financieros, facilitando la entrada/salida masiva de capital especulativo a corto plazo.

Primero cayó Tailandia, luego Filipinas, Indonesia y finalmente la pieza más cotizada, Corea del Sur. Los hasta entonces prósperos "tigres asiáticos" fueron obligados a devaluar, elevar los tipos de interés, equilibrar los presupuestos públicos, "reestructurar", privatizar, y desmontar los aún precarios sistemas de protección social. Se perdieron de golpe 24 millones de puestos de trabajo. La contracción brutal del crédito llevó a la bancarrota a miles de empresas.

El FMI subordinó las medidas anticrisis a los movimientos financieros. Alegó que la causa de la crisis era la inflación y promovió el recorte del gasto público y los salarios. Estas medidas convirtieron la crisis en recesión profunda acelerando el colapso de la región. Los miles de millones de dólares suministrados por el FMI no se destinaron a aliviar los efectos de la crisis sino, como es habitual, a cubrir las pérdidas de las instituciones financieras internacionales que se habían salpicado en las corridas especulativas asiáticas.

Como consecuencia del descalabro los países asiáticos reequilibraron sus balanzas comerciales para acumular divisas, establecieron trabas a la especulación y al apalancamiento y establecieron regulaciones y controles financieros que les dejarían en mejor situación par resistir la crisis de 2008.

Horas bajas para el FMI en Latinoamérica


El FMI supervisó el desastre argentino desde 1998 a 2002, que redujo a la mayoría de la población de un país que había sido uno de los más avanzados de América a la pobreza más cruel. Sólo desafiando al FMI y declarando la suspensión de pagos, pudo iniciar la senda de la recuperación.

Gracias a la subida del precio de las materias desde principios del presente siglo, muchos países en desarrollo pudieron acumular reservas de divisas suficientes para no tener que volver a pedir dinero "los mercados" o al FMI. Los nuevos gobiernos latinoamericanos están aprendiendo a financiar sus economías al margen del FMI y de "los mercados".

Mercosur, el mercado común suramericano, bajo el liderazgo de Brasil, ha puesto freno al intento norteamericano del Área de Libre Comercio de las Américas. La Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA) promueve no solo solidaridad regional sino transformación social basada en fundamentos y objetivos socialistas. Los países del MERCOSUR y ALBA han creado el BANCO del SUR como una alternativa financiera solidaria al FMI-BM y sus políticas.

En 2005, el 80% de los préstamos del FMI eran soportados por América Latina . En la actualidad esta proporción se ha reducido al 1% de la cartera global de prestamos de este tenebroso organismo.

A parte del Banco del Sur se están entablando negociaciones para constituir un área monetaria latinoamericana en la que el comercio interregional de la zona utilizaría las monedas de los países implicados con el eventual objetivo de la creación de una moneda común para la región.

El FMI y la crisis en los países del este: 

Salvando bancos ludópatas a costa de fondos públicos.

El 15 de septiembre de 2008 caía Lehman Brothers y los mercados financieros se congelaron. A primeros de octubre Ukrania, Letonia y Hungría llamaban a las puertas del FMI. La crisis volvía a obedecer a circunstancias parecidas a las de la crisis asiática (1997-99). Entradas masivas de capitales especulativos que habían generado burbujas inmobiliarias y bursátiles. Entre 2005 y 2008 el volumen del crédito exterior absorbido por la zona se multiplicó por tres disparando los beneficios de la banca implicada.

La diferencia con respecto a las crisis latinoamericana o asiática era que la mayoría de los bancos de la zona son filiales de la gran banca europea occidental.

La Comisión Europea (al servicio de la banca especulativa pillada en el enredo) se apresuró a colaborar con el especialista en rescates y se ampliaron las cuotas para aumentar sus recursos. Había que evitar, a cualquier precio, la caída de alguno de los bancos del oeste europeo implicados en la vorágine especulativa de hacía unos meses. La Comisión cofinanció los programas para Hungría, Rumanía y Letonia en los cuales el riesgo bancario era más grave y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y el Banco Europeo de Inversiones también arrimaron el hombro. Se trataba de "recapitalizar" con ayudas y fondos públicos a las entrampadas filiales de la gran banca europea en Europa del Este.

La crisis de las hipotecas subprime se había transmutado en crisis de países subprime penetrados por la gran banca europea. Los bancos implicados son: Raiffeisen Zentralbank de Austria (Bulgaria) , Swedbank of Suecia (estados bálticos) , Société Générale de Francia, Unicredit de Italy, KBC de Bélgica, Bayern Landesbank de Alemania, entre otros. La banca suiza aunque no instaló sucursales en la zona, participó de lleno en la movida con un riesgo que ronda el 50% del total en Hungría y Polonia.



El coste del ajuste, como siempre, iba a recaer en las clases más pobres: reducir el empleo y los sueldos del sector público (Letonia: - 23,7%, Estonia y Lituania: 20%)) , institución del co-pago en la sanidad pública y los productos farmacéuticos, racionalización (sic) de las camas de los hospitales públicos, privatización de activos públicos, reducción de las pensiones, subida del IVA, ... Las caídas del PIB en 2009 serían de 2 dígitos en muchos de los países rescatados y las esperanzas de recuperación en los próximos años son quasi nulas en toda la zona. Letonia ha perdido al 17% de su población más preparada que ha emigrado en busca del empleo y sueldo. En toda la zona se está produciendo un descalabro demográfico sin precedentes.

El FMI en Irlanda


Durante las últimas dos décadas la República de Irlanda fue considerada como el paradigma del neoliberalismo. Entre 1993 y 2000 el PNB creció a una media del 9% anual.

Desde principios de los 90 Irlanda ofrecía dos sustanciosas ventajas a las empresas. Pertenencia a la UE y el 10% en el impuesto de sociedades. Las multinacionales (informática, farmacéuticas, electrónica, ...) se convirtieron en el principal productor-exportador del país desplazando a la industria local.

En 2001 estalló la burbuja de las punto.com. Las nuevas incorporaciones de países del Este a la UE erosionaban la ventaja fiscal irlandesa. Dell cerró su planta en Limerick para reabrirla en Lodz. Sin embargo, la banca irlandesa seguía los pasos de sus parientes anglosajonas lanzándose de lleno a la burbuja inmobiliaria. El sector bancario hiperdesregulado se convirtió en un satélite aventajado de la City londinense superó pronto al sector industrial en la generación de puestos de trabajo. Los bancos incurrieron en un enorme endeudamiento para lanzarse apalancadamente a la especulación inmobiliaria.

En septiembre de 2008 el gobierno ofreció garantía pública ilimitada al endeudamiento de la especulativa banca privada. Ello significaba transferir sobre los contribuyentes un paquete de deuda equivalente a varias veces el PIB irlandés. Luego, procedía a "nacionalizar" el banco quebrado Anglo-Irish, el 3r banco del país.

En diciembre de 2010 el paquete del rescate FMI-UE imponía un tipo de interés del 5,8% al multimillonario préstamo acordado para hacer frente a las deudas con respecto a la banca inglesa, alemana y francesa. Con un desempleo del 14%, una caída del PIB del 7% en 2009, un inmenso stock de viviendas sin salida al mercado, una fuga de titulados sin precedentes y una deflación de caballo, el "ajuste" ligado al rescate financiero viene a ser el clavo definitivo del ataúd para la economía irlandesa, un país que se independizó de Inglaterra hace unos 80 años solo para ceder para siempre su soberanía al FMI.

FMI en Egipto

FMI en Haiti

El FMI en Túnez

El FMI en Túnez 2

El FMI en África