5/4/13

Desempleo, la poción mágica española


Desempleo: la poción mágica española


Desempleo y competitividad del factor trabajo


Los costes laborales unitarios en España han caído sustancialmente con relación a Alemania hasta 6 o 7 puntos porcentuales. En esta línea, se apunta, en uno o dos años España va a ser completamente competitiva.

La poción mágica para forzar a la baja los costes laborales unitarios es el desempleo y España es líder en su consumo.

El problema es que la economía española, después de cuatro años de dosis crecientes de desempleo, sólo ha recuperado competitividad laboral en alrededor de un tercio y necesita rebajar otros 15 puntos porcentuales, o más, en costos laborales unitarios, para llegar a ser “definitivamente competitiva”.

Competitividad del factor capital


Pero el trabajo es sólo un factor en la competitividad internacional. El capital es el otro. Y resulta que mientras que los costos del factor trabajo en España disminuyen, el costo relativo del factor capital aumenta. Las empresas del norte de Europa obtienen financiación mucho más barata que las de la periferia.

La combinación de costos laborales más bajos y mayores costos de capital se traduce, además, en una transferencia de recursos desde las operaciones intensivas en capital a las intensivas en mano de obra. Una vuelta al subdesarrollo en toda regla (de momento 20.000 hispanos emigran cada mes).

Competitividad y Balanza Comercial


Según el gobierno, la fuerte contracción del déficit por cuenta corriente de España, desde el 5% del PIB en 2008 a alrededor del 1% en la actualidad, muestra que España se ha hecho más competitiva, pero esto, por supuesto, no es obvio en absoluto. La caída de los costos laborales no compensa la subida de los costos de capital y gran parte de la "mejora" parece haber ocurrido a causa de una caída en las importaciones.

Niveles oficiales de desempleo del 26% son una pócima muy eficaz para la contracción del déficit comercial porque, por un lado, disminuyen el consumo de importación, y por el otro comprimen tanto la demanda interna que las empresas, para mantener las ventas, se esfuerzan en colocar sus productos y servicios en el exterior. La contracción del déficit comercial no es pues, por el momento, una consecuencia de la mejora de la competitividad sino una consecuencia inmediata del aumento del desempleo y del empobrecimiento.

Devaluación Interna


El apego español al euro es similar al fracasado apego francés al patrón oro durante los años 30. Sin posibilidad de una peseta devaluada no queda otra alternativa más que la llamada "devaluación interna" (bajada de los salarios reales) para recuperar la competitividad soñada.

Pero si España no sale del euro y no reniega de su enorme endeudamiento exterior, necesita generar un superávit comercial enorme para financiar las salidas netas de capital (amortización de la deuda más intereses) ya que el superávit comercial ha de exceder las salidas de intereses antes de que pueda ser utilizado para amortizar la deuda. Es como una carrera en la que por más que uno aligere de peso está obligado a cargar con una mochila que se rellena automáticamente de piedras en cada avituallamiento. Si el desempleo es la mejor herramienta para conseguirlo, esto significa una reversión del tejido económico según el modelo de las economías del norte y centro de África, un halagüeño futuro para los jóvenes de una España que no quiere traicionar al euro.

La tregua de los mercados


La tregua de los mercados, suministrando liquidez para la refinanciación de la deuda, se asemeja a la que se produjo durante los años 80 frente a la crisis de la deuda latinoamericana. Espiral depresiva y endeudamiento se retroalimentan. La tregua de los sindicatos bancarios con respecto a los países latinoamericanos  sirvió para que los bancos norteamericanos implicados generaran suficientes provisiones y recibieran las necesarias ayudas públicas para no ser arrastrados por la crisis. Para Latinoamérica, la tregua, acompañada de los austeros "ajustes" del FMI, significó la década perdida, la recaída en el subdesarrollo más abyecto. Al final del arduo camino todos los países suspendieron pagos (excepto Colombia y Chile) y/o reestructuraron su deuda (Plan Brady), pero la banca norteamericana salió ilesa.

Salida de la crisis “a la húngara”


La salida de la crisis “a la húngara” que propone el druida De Guindos, para atraer a las multinacionales y “crear empleo”, precisa además de la peseta. Hungría, una de las calderas exportadoras de Europa preferida por las grandes corporaciones multinacionales, gracias a salarios de 400 euros en los sectores punta exportadores, sobrevive a base de devaluar el florín y amenazar a sus acreedores en francos suizos y euros con reconvertir la deuda a su moneda.

Pero De Guindos juega con fuego y la salida "a la húngara" podría transmutarse en salida "a la yugoslava".

La pócima mágica del desempleo funciona, pero parece que sienta mejor a la banca que a la economía española.


M. Pettis: When do we call it a solvency crisis?

19 comentarios:

El lobo estepario dijo...

Efectivamente.

Pero por desgracia hay mucho analfabeto funcional suelto, y ello, unido a la ignorancia generalizada en el mundo del periodismo, posibilita que se venda una estadística velando la realidad económica que hay detrás, que es una realidad totalmente alejada de esa supuesta mejora cacareada a todas horas desde los medios y la cloaca de Génova.

Por otra parte me gustaría apostillar algo sobre el manido término de "competitividad". Una empresa, un país, etc., no son competitivos atendiendo exclusivamente a su producción (como quieren hacer creer estos cretinos). Primero, confunden productividad con beneficio empresarial (es decir, con el viejo concepto de "plusvalía", antes de que también esta palabra fuera pervertida por la neolengua). Segundo, ignoran los patrones que determinan una mayor o menor capacidad competitiva en el mercado. Para ser competitivo no basta, en realidad, con ser eficiente en la producción, o incluso que los productos alcancen una calidad notable. Sin duda estos factores pueden resultar determinantes para ser competitivo, pero no son los únicos, y además ni siquiera garantizan el éxito. La competitividad es un fenómeno que implica el triunfo propio a costa del fracaso ajeno, de modo que intervienen en ella elementos tan dispares como la promoción (de los productos), la publicidad, la fama..., por supuesto también la legislación, que puede llegar a impedir que una producción de alta calidad se haga con el mercado por motivos estratégicos o a conseguir que una producción de baja calidad lo inunde, arruinando así a sus competidores. Esto que señalo es elemental, pero parece que hay que explicárselo a todos esos listillos que salen de las escuelas de negocios haciendo gala de una insípida verborrea dirigida a perfectos indocumentados.

Por tanto una empresa, un país, etc., puede fracasar en su tentativa de triunfar en el mercado aun a pesar de ofrecer una producción de alta calidad. Esto, ¿qué significa? Pues que para ser realmente competitivo (siempre según la lógica capitalista en la que yo, huelga decir, no creo) hay que: 1º) dirigir la producción a aquellos espacios donde la demanda no acaba de encontrar oferta o en todo caso donde no hay exceso de oferta (esto es, especializarse) y 2º) saber promocionarse, cosa de la que no tienen la menor idea estos patriotas de hojalata que a todas horas nos castigan los oídos con ese rollo de la "marca España" que sin embargo no dejan de hundir con sus corruptelas, su monopolismo oficial y oficioso, y su vocación de mártires por la gloria de la Santa Burguesía Industrial y Financiera Alemana.

Y ahora preguntémonos: ¿en qué coño va a destacarse la producción hispanistana después de haberlo fiado todo a un modelo que además volaron precipitadamente por los aires? Y aún más: ¿hay siquiera inteligencia comercial en este país de horteras que sacan un diseño de ropa y le ponen un nombre italiano para parecer más "fisnos"?

España, con las medidas adoptadas desde mayo del 2010, va directa a la bancarrota, sólo es cuestión de tiempo. Pero lo peor son los millones de cadáveres que quedarán en las cunetas: gente con su presente y su futuro arruinados, imposibilidad de incorporarse a un mercado laboral destruido (en aras del mundillo financiero), deuda creciente, etc., etc.

Se cosecha lo sembrado, y este país de posfascistas colocados tras la farsa de la Transición acabará como se merece, que es en la puta ruina, aunque seremos nosotros, los parias y los paganinis, los que nos comeremos el marrón.

Salud

Anónimo dijo...

Hay desempleo porque es lo que interesa, pero yéndonos a un desempleo del 30% se les va a ir de las manos a estos cabrones.

Feijoó & Lluvia dorada

Anónimo dijo...

Monopolio es lo contrario de competencia. Una economía monopolizada en un 60% o más, deja poco margen para la competencia y la competitividad de la que hablan los telediarios son recortes salariales. Los costes laborales determina si las multinacionales se localizan aquí o deslocalizan. También afecta, cada vez más, al tejido industrial proveedor (las multinacionales cada vez subcontratan más) cuya "competitividad" consiste en suministrar sus productos y servicios más baratos; por lo tanto bajar también los salarios.

Los sectores que se mantienen al margen de los monopolios (turismo, construcción, servicio doméstico, alquiler de viviendas, artesanía, agricultura alternativa,reparaciones, profesionales, ..., más que competitividad, lo que determina su supervivencia es más bien el grado de especialización con respecto a los sectores con rentas más altas (clase alta española, rusos, chinos, etc.). Aquí, pues, la competitividad consiste en como lamer mejor el culo a los ricos.

El lobo estepario dijo...

Cuanto mayor sea el número de desempleados, más fácil resultará precarizar el mundo laboral. Al final -piensan los poderes fácticos- la gente acabará aceptando empleos mal remunerados y horarios de trabajo más extensos (todo es rollo de la "flexibilidad"), lo que nos permitirá acumular mayores plusvalías. Ésta es la razón de las medidas económicas impuestas (incluso en contra de las propias constituciones) en la mayoría de países de la eurozona, siempre bajo la tutela del gobierno alemán, que se ha erigido, de manera inaudita y ante la pasividad generalizada de unos socios débiles y mediocres, en portavoz del euro, haciendo y deshaciendo a su antojo. Resulta casi obsceno observar a Merkel paseándose por Europa como si se tratara de sus dominios, y aún más deplorable ser testigo de la sumisión de los "líderes" (según la jerga posmoderna) de los países sometidos. Estamos viendo ahora cómo se humilla a Portugal (como pueblo y como nación) una vez su poder judicial da mínimas muestras de independencia y actúa casi como correspondería a una democracia: entonces saltan las alarmas en el seno de la "Troika", esto es, de la Banca, y se amenaza al país con grandes catástrofes, marcándole la senda de nuevos ajustes, ajustes que como siempre se orientan a privatizar los servicios con demanda popular garantizada (sanidad, educación, pensiones...), que es donde está el gran negocio. La verdad es que sería muy de agradecer que "Cáncer capitalista" nos brindara información sobre los grupos de inversión que están participando en estas privatizaciones masivas de los sectores públicos esenciales de los denostados "piigs". Si bien los grupos de inversión tienen un carácter internacional, por así decirlo, al menos a mí me gustaría conocer el grado de participación de la burguesía financiera alemana en este proceso de destrucción del único Estado aceptable que es el llamado "Estado social". Si no hay "Estado social" el anarquismo está más que justificado: un Estado limitado a exprimir a impuestos que no revierten en servicios, a una fiscalidad regresiva, a privatizar la inversión que es de todos (es decir, a robar a manos llenas repartiéndose el botín con los amigotes), a no sacar más OEP que la de policía..., un Estado así, digo, un Estado a la vieja usanza, según el modelo de capitalismo liberal pre-socialdemócrata, sólo puede ser justificado por sus beneficiarios o por ignorantes abducidos por la propaganda. Por supuesto no se trata de recuperar la socialdemocracia (que en España ni siquiera ha existido: ¿dónde hemos visto a los trabajadores participar realmente, como en Suecia, de los consejos de administración de las empresas?), toda vez que dicha socialdemocracia dejó de resultar útil en cuanto se disipó la amenaza de una alternativa más o menos socialista o socializante, pero sí de concienciar en la intolerancia hacia un sistema represivo y expoliador que se consolida mediante la llamada "austeridad" devolviendo al Estado exclusivamente a sus funciones de celador del gran capital y represor de toda disidencia.

Saludos

monsieur le six dijo...

Me uno a la petición sobre los grupos de inversión. ¿No se le pueden poner nombres y apellidos a estos grupos? ¿Quiénes son los rostros del "mercado"? Ya sabemos que en realidad es una maraña de empresas, pero al final tiene que haber alguien, de alguna manera. Y este es uno de los pocos blogs en los que confío encontrar esa información algún día.

Anónimo dijo...

Por lo que a sanidad respecta, en este artículo constan nombres y apellidos.

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/01/03/actualidad/1357233012_416495.html

Un saludo

El lobo estepario dijo...

Interesante artículo.

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Bueno, Bruselas exige más "flexibilización": salarios otra vez a la baja y mayores facilidades de despido.

El movimiento liderado por B. Grillo (independientemente de las contradicciones consecuentes de su falta de programa económico o en todo caso de una mayor definición) ha pasado de la nada a ser el más votado gracias a su oposición al euro.

En las actuales circunstancias, el euro representa la muerte por inanición. Que en España nadie se atreva todavía a oponerse al euro y a proponer la salida demuestra hasta qué punto incluso la supuesta izquierda política (IU) vive presa de las presiones e intereses del modelo económico neoliberal.

En el conjunto del Estado español únicamente X. M. Beiras se ha lanzado a la piscina llamando a las cosas por su nombre. Ni eurobonos ni unidad fiscal (¿cómo diablos va a aceptar Alemania una Hacienda Común que supusiera la transferencia de riqueza del norte al sur?) ni hostias: hay que abandonar el euro ya.

Mientras los españoles no cobremos mayoritariamente conciencia, mayores costes tendrá la ruptura, más traumas conllevará, y más se habrá reducido el horizonte de futuro.

Anónimo dijo...

El euro es un arma química de destrucción masiva. El mejor disolvente jamás soñado para liquidar el estado del bienestar. Las grandes corporaciones encuentran a faltar algo así para EEUU o Japón.

Anónimo dijo...

Yo creo que se está siendo injusto con el gobierno de España, porque no se ve que haya alternativa la verdad.

El lobo estepario dijo...

Primero, si consideras que no hay alternativa y que lo presente arruina a un país, no participes del juego.

Segundo, no digas entonces (en campaña, claro) que la culpa recae exclusivamente en tus adversarios (quienes, por otra parte, defienden, a los efectos, las mismas políticas que tú).

Tercero, ello no te exculpa de haber incumplido tu programa electoral.

Cuarto, ello no oculta que en los "ajustes" del actual gobierno a las medidas dictadas por Bruselas hay que sumar otras de "cosecha propia" que, por motivos ideológicos y por afán de repartirse el botín de lo público, han agravado todavía más la situación.

En atención a la ley, este gobierno, además de nefasto, es ilegítimo.

Y en otro momento hablamos de una ley electoral que posibilita que un partido que no saca ni el 50% del voto EMITIDO tenga mayoría electoral.

Anónimo dijo...

Teresa Forcades y Arcadi Oliveres parece que si tienen alternativas:
http://www.procesconstituent.cat/?page_id=2

Anónimo dijo...

Pero qué carallo non hai alternativas, as alternativas pasan por algo que fódeles a estes neoderechistas, unha cousa que se chama DEMOCRACIA. Con iso bastaba pra ve-la luz ó fin do túnel, coma dicen.

Mauro

Anónimo dijo...

Salir del euro nos llevaba a una inflación de caballo. Es muy fácil predicar, otra cosa es dar trigo.

Anónimo dijo...

Lo mismo decían en Argentina en 2001

Anónimo dijo...

Lo mismo se decía en Argentina en 2001. Los islandeses querían el euro en 2008. Dudo que sigan pensando igual. Algo parecido pasa en Turquía. Por su parte, los eslovenos ya están más que arrepentidos de haber entrado en la zona euro en 2007 http://cincodias.com/cincodias/2013/04/10/mercados/1365587099_660388.html y otro tanto por parte de los eslovacos.

Quizás sería mejor salir de la Zona euro oficial, renegar de la deuda bancaria odiosa, y seguir utilizándolo como lo hacen en Andorra, Kosovo, Montenegro, Monaco, San Marino, y la ciudad del Vaticano

El lobo estepario dijo...

Primero: ¿qué es peor, la inflación o la estanflación (inflación + depresión + incremento progresivo de la deuda)?
La respuesta parece obvia.

Segundo: no necesariamente habría que desembocar en la inflación, porque no haría falta darle a la maquinita por princpio: el dinero se puede recaudar con una fiscalidad progresiva (por tanto, realmente proporcional), esto aparte de meterle mano a los paraísos fiscales, que es ya donde se concentra mayoritariamente el capital, como bien se da noticia de ello en este blog.

Anónimo dijo...

Si yo gano mucho, ¿por qué tendría que repartirlo con vosotros? No te fastidia... A mi me interesa denunciar los delitos financieros, pero exigir que vuelva el comunismo solo crea pobreza, enteraros de una vez.

Anónimo dijo...

La pobreza de la inmensa mayoría del planeta proviene del acaparamiento de los que "ganan mucho". Lo de que el capitalismo genera un pastel mayor a repartir de lo que haría el comunismo tampoco sirve. El capitalismo realmente exixtente sólo es capaz de generar un pastel cada vez más tóxico e insostenible, expulsando de su producción y consumo a la gran mayoría de la población.

Vete a contar ese cuento a la escaldada población de los países del antiguo bloque soviético a ver que te dicen ahora tras haber provado tu medicina.

El lobo estepario dijo...

Si tú ganas mucho será (en el 99% de los casos) porque acumulas mucha plusvalía.

Empieza por estudiar qué es eso de la plusvalía, pero hazlo abriendo 'El Capital' (y te lo digo yo que no soy comunista) en vez de recurriendo al diccionario de soplapolleces de las escuelas de negocios.

Una vez hayas entendido la naturaleza del capital y por tanto del capitalismo, ubícate.

El gran error de la "izquierda" en los últimos dos tercios de siglo ha sido aceptar el capitalismo social como mal menor renunciando sistemáticamente a la crítica. Una cosa es ceder puntualmente y otra olvidar qué es el capital, cómo se origina, cómo se multiplica, qué son las fuerzas de trabajo, etc.

Para mí Marx es criticable por parte de su argumentario a modo de propuestas (además de por su ingenuidad al concebir la Historia linealmente, como una lucha siempre hacia adelante por la liberación), pero su aportación a la historia de la Economía, las Ciencias Políticas, la Historia, etc., es incuestionable. Marx, por así decirlo, descubrió el ADN del capital. Y los que no lo quieren entender, los que cierran los ojos, los que denostan (a menudo sin tener ni puta idea de lo que dicen) a Marx, son los oscurantistas de esta nuestra era contemporánea. Son la sinrazón, la ignorancia y la barbarie.