27/2/08

El verdadero rostro del capitalismo

A. Einstein: ¿Por qué socialismo? 1945: "El proceso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio es responsable de la inestabilidad en la acumulación que conduce a depresiones cada vez más severas. ... Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista."



"Tras 1989, los poderosos han dejado de tener miedo: Todo lo que hizo que la democracia occidental mereciera ser vivida por su gente (la seguridad social, el Estado del bienestar, unos ingresos altos y aumento para sus asalariados y su consecuencia natural, la disminución de la desigualdad social y las oportunidades de vida) fue el resultado del MIEDO." ROBIN BLACKBURN: Después de la caída. EI fracaso del comunismo y el futuro del socialismo. Ed. Critica. Barcelona 1993.

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS NO BENEFICIAN AL HOMBRE SINO AL SISTEMA

El capitalismo ha sido para el planeta como un virus que lo ha ido infectando poco a poco a partir de los primeros focos infecciosos en Europa. En la historia del capitalismo el ingenio humano, el avance tecnológico, el dominio de la naturaleza, es infectado, genéticamente modificado y encapsulado para servir al único fin de extender el tumor de su área de influencia y someter y aniquilar cualquier oposición.

En capitalismo, el ahorro de trabajo que permiten las nuevas tecnologías no se traduce en más ocio y mayor calidad de vida sino en más angustia e insatisfacción. Más productividad, más innovación, más eficiencia,  sólo significan más exclusión y miseria para una proporción creciente de población. Los beneficios del ingenio y de la productividad no se reparten sino que se concentran, acumulan, y niegan a la inmensa mayoría.

Las sucesivas revoluciones tecnológicas han ido aumentando el poder expansivo del sistema en sucesivas olas de acumulación primitiva - apropiación/expropiación de bienes comunales, depredación - hasta abarcar todas los territorios, esferas y ámbitos de la actividad humana.

El sistema sólo admite, en determinadas circunstancias excepcionales, relajar la presión sobre limitados grupos de trabajadores, como consecuencia de la resistencia organizada de aquellos, o más a menudo, como compensación transitoria de su colaboración en la expansión imperialista, en la conquista - anexión - saqueo - sometimiento - de otros países, en la explotación de otros trabajadores, en la destrucción de otras culturas, de otras civilizaciones.

El capitalismo alardea de su incomparable "eficiencia" frente a cualquier sistema alternativo. Pero se trata de la "micro-eficiencia" que muestran las células cancerígenas en la metástasis. El capitalismo es un sistema social y ecológicamente fundamentalmente "macro-ineficiente".



CRISIS CAPITALISTA

El sistema capitalista funciona a bandazos. Los avances tecnológicos permiten producir más, pero la apropiación de la mayoría de la riqueza por parte de muy pocos provoca que buena parte de la producción se quede sin vender. Son las crisis de superproducción que hacen quebrar las empresas menos "competitivas", abocando más y más trabajadores al paro, con lo cual las ventas caen todavía más. Se producen espirales depresivas que no se rompen fácilmente.

En las crisis el capital se concentra a ritmo frenético, y si se supera la crisis sale reforzado. Pero la creciente violencia de las crisis también ponen en peligro el mismo sistema. El capitalismo no es un mero parásito sino una enfermedad terminal.

A medida que la infección capitalista se ha ido extendiendo por el planeta, las crisis son cada vez más serias (la gran depresión de los años treinta) y las consecuencias cada vez más dañinas.

Cuando la expansión ya no es posible, el sistema sólo es capaz de salir de la depresión mediante fórmulas de destrucción masiva. Durante la crisis de los años treinta los capitalistas se apiñaron a cubierto de estados nacionalistas para lanzarse a una orgía de sangre que a punto estuvo de liquidar la vida en el planeta.

CAPITALISMO SIN MÁSCARA

A medida que las crisis se hacían más y más virulentas, surgió el imperativo de averiguar las causas. La definición del capitalismo como sistema de producción contradictorio resultó del análisis de las crisis y sus causas. Las crisis desnudan la verdadera naturaleza aniquiladora del capitalismo.

En las crisis el capitalismo era cuestionado, no sólo en Europa sino en los mismos EEUU. Cuando Roosevelt asumió la presidencia en 1933, la maquinaria económica del país estaba destrozada. La bolsa de Nueva York y la de Chicago habían cerrado. 32 estados había clausurado sus bancos. Illinois y la mayoría de estados del Sur no pagaban a los maestros. Las escuelas permanecieron cerradas durante meses. Un ejército de 25.000 hambrientos veteranos de guerra sin paga acampaba amenazadoramente frente al Congreso (fueron salvajemente desalojados por las cargas del 3º de caballería al mando del Mayor George Patton). Granjeros armados revolucionarios habían puesto sitio a una cadena de ciudades rurales del centro del país. Una muchedumbre había atacado el Capitolio en Nebraska. El gobernador de Minesota reclutaba comunistas para la milicia estatal. Los abogados que intentaban forzar desahucios eran asesinados. Más de 100.000 vecinos de New York solicitaron marchar a la Unión Soviética cuando Moscú anunció que precisaba 6.000 trabajadores cualificados.

América estaba al borde de la revuelta. Eleanor Roosevelt temía que el país era insalvable. Su marido canalizó la rabia contra Wall Street para relajar la presión. La ley Glass-Steagall, de junio de 1933, limitó el uso del crédito bancario para la especulación y dividió el negocio entre banca comercial y banca de negocios. La ley sobre la Verdad en los Valores, de mayo de 1933, y la ley de creación de la Comisión de Valores y Cambios, de junio de 1934, estipulaban la obligación de transparencia y veracidad de las cuentas, sujetando al código penal a los infractores.

EL MIEDO DEL CAPITAL : EL CAPITALISMO CON ROSTRO HUMANO

Tras los desastres de la 2a guerra mundial, el capitalismo, que ya apuntaba directo al pecho del planeta, se puso a la defensiva. El socialismo avanzaba por todas partes frente los entuertos del sistema. De la primera guerra mundial había surgido la revolución en Rusia. Y tras la segunda, la destruida Europa estaba madura para otra revolución.



El capital se puso a la defensiva. Se disfrazó. Se vio apremiado a admitir regulaciones que frenaban la acumulación y la desproporción en la distribución de la riqueza. Empezó la etapa del Estado del Bienestar o el New Deal.

La seguridad del puesto de trabajo, la medicina y la escuela pública, el sistema de pensiones y el seguro de desempleo, las vacaciones pagadas ... que habían sido bandera del socialismo, mira por dónde, se conseguían sin necesidad de acabar con el sistema capitalista. A más peligro de revolución más estado del bienestar.

En esta carrera demostrativa de las ventajas del sistema se enzarzaron la República Democrática Alemana y la República Federal, con el muro de por medio, y en el otro lado del planeta, Japón, Corea de Sur y Taiwan frente a la URSS y China. El capitalismo asustadizo no escatimó en este caso "ayudas al desarrollo" con planes Marshall a la carta.

El capital, bajo la amenaza del socialismo, se disfrazaba para aparecer bajo la imagen de un capitalismo con rostro humano, y se avenía a frenar su irrefrenable voracidad cediendo una parte limitada de la riqueza a determinados sectores de la clase trabajadora. Se habló del "capitalismo racional", del "capitalismo democrático", con Keynes como su principal teórico, mientras se adoptaban medidas antitrust, regulaciones financieras y monetarias, y se "dirigía" el ciclo económico afinándolo con una combinación adecuada de políticas fiscales y monetarias.

Paradójicamente, gracias a esta presión del socialismo, el sistema experimentará la más larga etapa de estabilidad global de su ajetreada historia. La redistribución de la riqueza que el miedo al socialismo hizo posible, generaba un flujo constante de demanda que suavizaba las crisis de superproducción. El Estado (del bienestar) mismo actuaba como un consumidor anticíclico gigantesco, capaz de devorar todo excedente que fuera capaz de generar el mercado. Los sectores obreros beneficiarios del Estado del Bienestar miraban a otra parte mientras el sistema continuaba sus desmanes en el resto del mundo.

La época dorada del capitalismo. Los años 50 y 60


En todos los países desarrollados, el miedo al socialismo impuso una especie de pacto social. Se mantenía el valor del salario real y la competitividad se circunscribiría exclusivamente al área de la productividad, en un momento en que todo un arsenal de innovación hervía para salir de los arsenales militares.

Con una demanda boyante y la aplicación de un enorme caudal de nuevas tecnologías, el sistema parecía estabilizarse y humanizarse.

Los EEUU, que gozaban de una enorme ventaja en productividad y capital exportable, organizaron el nuevo Sistema Monetario Internacional de una forma aceptable para el conjunto, un SMI institucionalizado (FMI y BM) que parecía diseñado de una forma racional para estabilizar al sistema.

LA COEXISTENCIA "PSEUDO-SOCIALISTA"

El pensamiento y la acción socialista optó mayoritariamente por la coexistencia con el capitalismo (socialdemocracia). El estalinismo por su parte renunciaba definitivamente al socialismo para establecer lo que resultó un engendro burocrático (capitalismo de estado a la soviética) para "coexistir" con el sistema. Una variante (soviética) de proteccionismo de la industria naciente.

Los ciudadanos del bloque soviético continuaron sometidos a un sistema de economía de guerra permanente según el estándar germano de la 1ª G.M. El "comunismo de guerra" no fue otra cosa que la versión rusa - adaptada para tiempos de paz - del "socialismo de guerra" alemán, con el añadido "socialista" y "revolucionario" para doblegar a la clase obrera y justificar el poder y el nivel de vida de la nueva clase capitalista burocrática (nomenklatura).

Durante la 1ª G.M. Alemania introdujo controles gubernamentales en casi todas las ramas de la industria - el estado fijaba precios, se apropiaba de toda la producción, controlaba la distribución de las materias primas requeridas por la industria, creaba grandes monopolios industriales y empleaba el racionamiento para regular el suministro de alimentos a la población. Se reemplazó los mecanismos de mercado por el intercambio dirigido y centralizado entre los distintos sectores de la economía. Se abolió el libre comercio y se introdujo el trabajo obligatorio. Este fue el modelo inicial (transitorio?) de Lenin y Trotski en espera de una posible revolución mundial.

Con Stalin, el modelo estatal-capitalista se consolidó. Todo el bloque soviético acabó convirtiéndose en una gigantesca corporación con una marcada propensión por la industria militar pesada - el poderoso complejo militar-industrial -, una pésima gestión agrícola y una nula capacidad para la industria ligera de consumo. El capitalismo burocrático intentó  "quemar etapas" de desarrollo gracias al brutal encuadramiento "soviético" de la clase obrera del bloque del Este. Pero tras la muerte del dictador estallaron revueltas por doquier. Nada justificaba el Gulag ni el terror estalinista.

Sin el terror estalinista, el capitalismo soviético acabó perdiendo fuelle y coherencia. Los altos precios del crudo en los años setenta (exportaciones por 30.000 millones de $ anuales) constituyeron un maná que evitó el colapso del régimen durante unos años. Pero la caída en picado del crudo durante los años 80 acabó por hincar la puntilla al sistema.

El colapso de la URSS


Desde el colapso de la Unión Soviética en 1991-1992, según R.M. Gates, antiguo director de la CIA, en un artículo publicado en Financial Times en 14 de feb. de 2004, afirmaba que dos tercios del sector comercial, la mitad de los bancos, algunas docenas de bolsas de valores, 41.000 compañías, 150 macro empresas estatales y el 80% de las "joint ventures", estaban controladas por la mafia rusa. El 40% del PIB está en manos del crimen organizado.

El proceso fue teledirigido desde Washington a través de Anatoly Chubais, 1r consejero de economía de Yeltsin y posible agente de la CIA.

El proceso de privatización (los rusos prefieren "prikhvatizatsiya"- agarrar - o "piratizatsiya" - piratear - en lugar de "provatizatsiya" - privatizar -) relámpago de la mayoría de bienes públicos se desarrolló en tres fases:

1. El gobierno asignó muchas de las empresas a amigos y colaboradores de Yeltsin y su entorno, que en contrapartida apoyaron su gobierno con dinero y campañas favorables en los medios de comunicación.

2. La legislación básica para la privatización fue aprobada por un parlamento - disuelto por la fuerza en 1993 - que intentaba evitar el latrocinio. La legislación pretendía retener el control de las grandes empresas atribuyendo un paquete de acciones suficiente a sus empleados, distribuyendo el resto de acciones entre la población, a un tanto por ciudadano.

En la práctica el plan funcionó de una manera completamente distinta. La mayoría de las acciones que debían quedar en el seno de la empresa acabaron en manos de sus antiguos administradores corruptos. En cuanto al resto, los derechos de compra de acciones quedaron fuertemente depreciados debido a la hiperinflación y fueron adquiridos por su valor nominal por compañías de inversiones ex-novo, a menudo asociadas con fondos hedge radicados en Londres.

3. Finalmente, una gran parte de las compañías "estratégicas" que en un principio habían quedado al margen del proceso, fueron hipotecadas - avales - a cambio de préstamos a un gobierno exhausto que pronto acabaría en la banca rota, pasando a propiedad de los bancos prestamista y constituyéndose en grupos industrial-financieros oligárquicos.

Fracasados, desprestigiados, los países del "socialismo real" cayeron como las fichas del dominó frente el modelo que, debido a su propia existencia, habían contribuido a disfrazar y reforzar. El gigante soviético se disolvió como un terrón de azúcar en una orgía de nacionalismos recurrentes de baja estofa.

Atrás quedaron campos agotados, ciudades y centros industriales contaminados, lagos desecados y polucionados, corrupción, terror, el gran hermano, el gulak, poblaciones desilusionadas, alcoholizadas, desorientadas y, sobre todo, la sensación tremenda del fracaso del socialismo que ha caído como una enorme losa sobre la tradición de defensa socialista frente al capitalismo.

La disolución del bloque soviético daría aire a la acometida neoliberal de Reagan y Theatcher que ya mostraba síntomas de flaqueza.

EL FIN DEL DISFRAZ

Raquel Merino: "Una sociedad de propietarios como alternativa al Estado del Bienestar"

Desaparecido el bloque soviético y con la apertura de China a las multinacionales, el capitalismo se presenta como el único sistema posible. Ya no teme a revolucionarios sistemas alternativos. La sumisa "izquierda" ha acabado adorando al becerro capitalista. El sistema ha recuperado toda su agresividad.


El capital se ha internacionalizado. Las multinacionales campan exultantes por todo el planeta. Durante los años de la coexistencia pacifica y la guerra fría, el capital fue diseñando variados mecanismos para escapar al control de los gobiernos, a menudo demasiado inclinados al control de sus operaciones. Hoy en día, eliminado el peligro rojo, el capital está en condiciones de penalizar a cualquier grupo, nación o estado, que intente poner pegas a su operativa.

No es extraño que muchos americanos se están dando cuenta de que las multinacionales USA están dejándoles sin trabajo y sin sueldo. Ralph Gomory, antiguo ejecutivo de IBM y W. Baumol, que fuera presidente de la American Economic Association, en su libro "Global Trade and Conflicting National Interest" publicado en 2000, denuncia que la globalización inducida por las multinacionales, americanas incluidas, ha tenido un impacto destructivo en la prosperidad del pueblo americano. Se les ponen los pelos de punta cuando Apple, Cisco y Microsoft montan réplicas del Silicon Valley en la India, o China se convierte en el núcleo global de producción de semiconductores. ¿En qué va a quedar la "hegemonía americana"?.

Las multinacionales disponen de potentes departamentos de lobbying para influir en la decisiones de los gobiernos y las agencias internacionales para que legislen a su favor, desregulen a su gusto y hagan la vista gorda a sus desmanes. La UE, las agencias de la ONU, la OCDE, el BM y el FMI, la Organización Internacional de Comercio (OIC), etc. se han convertido en títeres de las multinacionales.

La desregulación y las nuevas tecnologías permiten al capital unos niveles de volatilidad (deslocalización, control centralizado a escala planetaria, opacidad, paraísos fiscales, ...) que hacen imposible su control. Internet y las comunicaciones vía satélite permiten crear redes de explotación globales.

Además, el capital ya no está dispuesto a pagar impuestos. Se deslocaliza a los países desregulados dónde sólo los pagan los obreros. Se aprovecha de sus infraestructuras y universidades públicas, poluciona sin control, recibe subvenciones e incentivos de gobiernos corruptos dedicados ante todo a garantizar la sumisión de su fuerza laboral y la "repatriación" de los beneficios hacia paraísos fiscales.

Toda una red de paraísos fiscales, uniformemente distribuidos por todo el orbe, permiten ocultar segura y fácilmente el botín acumulado.

El capital, amo y señor del planeta, está hoy pasando factura a los obreros que tanto miedo le provocaron durante los años de la posguerra. A estos obreros de 1a les está recordando que existen obreros de 2a y de 3a que están dispuestos a trabajar 16, 18 horas, y que los niños y niñas también trabajan, por una vigésima, una décima, media décima parte de lo que se cobra en el primer mundo.(Wal-Mart y Appel lo saben muy bien).



Una tras otra, todas las concesiones del New Deal o del Estado del Bienestar van siendo adelgazadas o simplemente liquidadas. Los planes de pensiones saqueados y convertidos en fichas de juego de los financieros ludópatas de Wall Street y sus fervientes admiradores europeos, pactos de la Moncloa y demás "reformas" laborales en cadena para dejar con el culo al aire a los trabajadores, destrucción sistemática de la afiliación sindical para dejar al empleado en condiciones de "igualdad" sic! con el patrono (y todo su staff jurídico).

El capital puede presumir de ser más igualitarista que la socialdemocracia. ¿Porqué debe ganar más un obrero alemán que uno polaco o chino?

Mientras, el consumo se deprime y la producción no encuentra colocación. Se trata de la contradicción inherente al sistema. No pagas a quien produce y te encuentras de pronto sin consumidores y de lleno en situación de sobreproducción.

Las crisis de sobreproducción son inherentes al modelo capitalista depredador basado en la hiperexplotación de los recursos materiales y humanos. Se trata de una depredación suicida puesto que liquida la capacidad de autoreproducción de los recursos que explota (sociales y naturales). A base de jornadas y sueldos inhumanos anula la capacidad de reproducción de las clases productoras, y al mismo tiempo su insaciable y descontrolada sed de plusvalías acaba con los recursos naturales del planeta.

El capital se concentra en época de depresión

En estas condiciones no es extraño que el capital no tema demasiado las posibles consecuencias (levantamientos, huelgas, manifestaciones, etc.) de la depresión. Se tratará de protestas aisladas y localizadas frente a su dominio global del planeta. Además la depresión y las calamidades son un medio ideal por hacer grandes negocios. Naomi Klein lo explica contundentemente en su libro "La doctrina del Shock".

La crisis es consustancial al funcionamiento del sistema. El paro rompe la resistencia obrera y nadie es más feliz "combatiente el paro" que los representantes del capital ofreciendo "contratos basura" a la juventud, recortando las pensiones o reduciendo las salarios.

La quiebra de los competidores es el mecanismo de acumulación más rápida que tiene un sistema que tiene como única consigna: acumular y acumular.

Se pueden producir pánicos enormes, caídas descomunales, pero este es el medio dónde el mundo se hace más y más capitalista, donde los fuertes canibalizan a los competidores debilitados. Entonces las bolsas suben 10 puntos por cada 100.000 desempleados adicionales. Se ha acuñado el término "despido bursátil" que indica a los mercados que los beneficios se mantendrán a toda costa. Durante 1993 los analistas financieros comprobaban que las bolsas registraban las subidas más fuertes cuando más hondas eran las perspectivas económicas de los países. En España precisamente, durante las semanas previas a la huelga general del 27 de enero de 1994, se registraban sucesivos máximos históricos mientras el paro se cercaba a los 3 millones.

Depresión quiere decir paro y el paro puede generar beneficios por que rinde a los obreros. Hoy día el “crecimiento” es un indicador estadístico de una creciente desigualdad. Para el capital se trata de producir para los ricos dejando a la gran mayoría de la población en la miseria. Los mercados interiores de los países están siendo abandonados en favor de la producción para consumidores de lujo. Tendremos pues beneficios con depresión, beneficios con paro y beneficios con miseria generalizada.

Las únicas industrias que "reverdecen " a medida que avanza la depresión son las de lujo. La industria aereoespacial espera mandar centenares de hiper-ricos al espacio y les llueven los pedidos. Se habla ya de "hoteles en la luna" de tantas estrellas como tiene la vía láctea. Turismos de lujo, relojes de diamantes, yates descomunales, "villas" babilónicas, vinos de diseño, ... aquí no hay crisis sino todo lo contrario.

En las condiciones actuales de monopolio generalizado, aunque baje la demanda, las corporaciones pueden seguir manteniendo sus altos niveles de beneficios manteniendo o incluso subiendo los precios de sus productos y despidiendo sus "excedentes" de mano de obra sobrante y dejando las máquinas paradas. La temida estanflación que deja obsoletas las políticas anticíclicas de los gobiernos.

Los anticuerpos socialistas bajo mínimos.


Lo que más desanima es que a pesar de la enorme e irreparable magnitud de los daños que ha infringido el capitalismo al planeta y a la humanidad, el sistema se ha rejuvenecido y ataca con más voracidad que nunca. El sistema se está cargando literalmente al planeta y someterá brutalmente a la mayoría de sus habitantes a la abyecta miseria. Estamos asistiendo a la fase más salvaje de su corta historia porque difícilmente este planeta puede aguantar alguna agresión peor.

Durante el final del siglo XX todos los indicadores económicos, sociales y ecológicos estaban en números rojos y hoy siguen estándolo. Pero el peor de todos es el estado de los anticuerpos socialistas. Desde el principio, las tareas que se marcó el socialismo fueron las de reparar los males provocados por el capitalismo. Pero predominó la tendencia a enmendarlo sin superarlo. Cómo hemos visto esta opción resultó fatal. Hoy la enorme magnitud de los daños es ya irreparable.

La mentalidad de los primeros socialistas era la de conseguir el mejor de los mundos posibles. Pero para muchos el capitalismo se consideraba incluso como una fase necesaria de la historia de la humanidad que habría contribuido al desarrollo económico que los socialistas se encargarían de racionalizar.

Tras más de un siglo de lucha contra el sistema, este no ha hecho más que crecer y expandirse, corrompiendo hasta el último reducto del planeta. La coexistencia, la reforma, no han hecho más que reforzarlo para que en el momento adecuado coja más empuje. La desorientación es hoy tremenda. La socialdemocracia actual recula una y otra vez frente la prepotencia del capital y en numerosos casos (España, Portugal, Francia, Grecia, Polonia, ...) se está prestando a actuar como un eficaz instrumento de autoliquidación de las conquistas históricas de la clase obrera, como si un virus neoliberal reconvirtiera la estructura genética de organismos creados para la defensa de la clase obrera, para que trabajen en su autodestrucción.

En la fase actual la presión ideológica en pro del individualismo del consumidor frente a la solidaridad de los productores es apabullante. Y ya tenemos el día del consumidor (15 de marzo) mientras que el 1 de mayo se ha convertido en un día para ejercer como consumidores.

¿Que hacer?


Debemos tener claro que la depresión en qué estamos cayendo será la depresión permanente. Los niveles de paro y de miseria en los próximos años no tendrán equivalente con ninguna experiencia histórica. Sin ideología socialista los desempleados pronto pasan a ser marginados incapaces de reaccionar y la capacidad de resistencia de los que todavía trabajan será cada vez más exigua, a medida que se vayan liquidando las conquistas sociales del siglo XX. Jared Diamond en su libro "Collapse", considera la posibilidad de un colapso ecológico global de la sociedad capitalista en la línea de anteriores colapsos ecológicos de otras civilizaciones, y Mike Davis titula "el planeta de los slums" su prognosis sobre el siglo XXI.

Las nuevas tecnologías permiten crear mundos virtuales - MATRIX?- dónde los pocos que escapan a la miseria pueden traer una vida despreocupada en el que creen que es el mejor de los mundos posibles.


Nordelta, una ciudad segura, privado-vigilada, vallada y alambrada, con campos de golf exclusivos y puertos deportivos, con escuelas y hospitales de lujo, ciudad de ensueño exclusiva para ricos evasores fiscales que se expatrian de la Argentina que explotan y sólo pagan contribuciones a su nueva patria privada.

En Brasil y en general a toda Sur-América hay gente que vive así. Distritos de ricos rodeados de vallas electrificadas, perros y guardas de seguridad, permiten a unos cuántos privilegiados darse la gran vida dónde justo a unas pocas calles los "meninos da rua" (de 12 a 13 millones sólo en Brasil) arrastran su corta existencia hasta que alguien los mate para extraerles las córneas o algún órgano que necesita alguien del otro lado de la valla. Se están diseñando ciudades futuristas de nuevo cuño para albergar a los asquerosamente ricos en Dubai y los países del golfo con hoteles de 7 estrellas. La producción de yates de más de 25 metros ha pasado de 241 en 1997 a 916 a finales de 2007 (con un 18% de incremento en los de más de 40 m).


Lo único que puede frenar esta peligrosa pendiente por la que estamos cayendo es el resurgimiento de los ideales socialistas sobre las cenizas de la estalinismo y de la socialdemocracia. Sólo el socialismo (sociedad sin clases), libre de cualquier tipo de concesión o coexistencia con el capitalismo, podrá poner algo de orden en este planeta. Sólo la conciencia generalizada de que la enfermedad que nos afecta a todos es el capitalismo autodestructivo, permitirá preparar el antídoto antes de que este cáncer acabe con todo. Si queremos un mundo estable, justo, igualitario y sostenible, en el que el "libre desarrollo de cada cual sea la condición para el libre desarrollo de todos", no queda otra alternativa que una Corta Marcha hacia el Socialismo.

15 comentarios:

El profeta Azul dijo...

Estoy de acuerdo contigo, buen blog.

Anónimo dijo...

Sencillamente impresionante. Y nada alejado de la realidad, por cierto.

Manuel dijo...

Impresionante análisis. Me has quitado el sueño.

Anónimo dijo...

no entiendo cómo se puede escribir un rollo tan largo con tan poco criterio, con tanta ideología barata, e ignorando el fracaso absoluto del comunismo y el relativo bienestar que el capitalismo ha significado para la mayor parte de la población.

The Crazy Mouse dijo...

Anónimo dijo...

no entiendo cómo se puede escribir un rollo tan largo con tan poco criterio, con tanta ideología barata, e ignorando el fracaso absoluto del comunismo y el relativo bienestar que el capitalismo ha significado para la mayor parte de la población.
6/14/2008
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Me das pena, tan poca historia...
El comunismo nunca ha llegado a funcionar ya que no se ha aplicado nunca. La Unión Soviética, Cuba, China, Vietnam... eran/son SOCIALISTAS, véase la diferencia entre socialismo y comunsimo. En todo caso ha fracasado un pseudocomunismo barato en forma de dictadura.

Anónimo dijo...

Hola,

No es por cortar el rollo, pero ahi lo dice bien claro. Mucho de lo que se ha conseguido en materia de derechos sociales, lo tenemos en parte, gracias a lo que sucedió en la URSS. Y eso no fué comunismo, fue socialismo que acabó burocratizado y transformado adrede en capitalismo por los propios dirigentes del sistema.

Anónimo dijo...

Muy bueno el artículo. Por un momento creí estar leyendo el Manifiesto Comunista de Engels.

El desequilibrio que supuso la caída de la URSS y sus países satélites fue lo peor que pudo ocurrir. Hemos podido ver un retroceso en avances sociales como nunca habíamos visto y lo peor es que muchos trabajadores creen en el capitalismo como forma de gestión de la economía.

Como dijo alguien "no hay cosa más tonta que un obrero de derechas".

Alex S dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Soy estadounidense. Acá hasta nuestra salud es un juguete del mercado libre. Hay que obtener seguro médico a través de un trabajo de tiempo completo (plan de grupo)--porque el costo de un plan de seguro individual quebraría aún a algunos millonarios.

Alguien bastante conocido escribió una vez: "Toda la historia de la sociedad humana, hasta el día, es una historia de luchas de clases." Hoy es igual. No obstante, la derrota de la Revolución Rusa del 1917 tuvo que ver con que el capitalismo de entonces no era bastante desarrollado para apoyar una nueva orden mundial socialista. Yo diría que el estalinismo tardó el desarrollo del mundo, así que el capital ha tenido siempre algún lugar adonde huir (es decir, un país no tan avanzado) cuando las condiciones del mercado no corresponden con los deseos del patronado (si hay huelgas, sueldos "altos", etc.). Se le puede amenazar al trabajador que si intenta defender las condiciones anteriores, vamos a mudar a otro país con un pueblo más sencillo y obsequioso.

Ahora, a pesar de todo, la situación económica se actualiza y se pone más y más de equilibrio. Ya no están fuera del desarrollo mundial China e India. Con la caída del dólar, hay compañías que han decidido de no trasladar a China, sino permanecer en EEUU. Con el desarrollo voraz del capitalismo mundial, hay cada vez menos refugios desconocidos para que se escondan. Cualquier noticia sobre algún problema que toca a mucha gente puede circular por la Internet dentro de horas. La campaña del candidato Obama ha generado gigantescos montos de dinero por Internet, y esa misma Internet también mantiene muy vivo a Ron Paul, un candidato republicano de política alternativista (aunque no estoy conforme con sus posiciones tengo que admitir que representa algo muy importante que este tipo evite morirse a pesar de que ninguno de los canales, periódicos, u otras fuentes nacionales de información ni piensan en él).

La Internet es otro campo que todavía está por conquistar mundialmente. Mas cada año millones se están uniendo a ella, y con eso viene la posibilidad de que adquieran su punto de vista del mundo afuera de fuentes de información mil veces más ricas que la emisora actual que escuchan. La Internet posibilita la solidaridad internacional e instantánea, a través de toda frontera.

El éxito eventual de esa solidaridad depende en parte de dos cosas: la neutralidad de red (neutralidadsi.org) y la capacidad de nosotros para hacer importar a nuestros vecinos los problemas omnipresentes que crea el capitalismo para que vean la conexión a su vida personal y empiecen a leer, escuchar y ver otros puntos de vista. Lo que me impresiona más es la rapidez que permite la Internet para hacer grandes cambios. Tenemos que luchar para mantenerla libre.

Mis amigos, tenemos que no perdernos en la desesperación quejándonos de cuan selvaje es el enemigo que enfrentamos. Sí que el sistema se ve podrido hasta en la médula de sus huesos. ¿Qué hacemos? Pues, convirtamos el rencor inevitable frente al declive en en nivel de vida en acciones tangibles luchemos a la francesa por nuevas conquistas; defendamos lo que esté susceptible a ser desarmado. Y recordemos SIEMPRE que al final tenemos los mayores triunfos en la mano: sin gente ordinaria, no sería posible la vida del patronado; sin ciertas libertades y democracia, es imposible que funcione eficazmente el sistema capitalista.

Una última cosa: me he dado cuenta de que, mientras más el nivel de vida de un país acerca a los niveles de los países de la OCDE, menos apetito tiene su gente a provocar conflictos militares, y así más difícil es cosechar apoyo para tales estupideces. Hasta en mi proprio país, uno de los más irredentistas del mundo, la gente se ha puesto harta de desperdiciar el dinero recaudado de sus impuestos para atacar y conquistar a naciones que no tienen nada que ver con la vida cotidiana. Durante la guerra en Vietnam había un llamamiento a filas--¡ahora ni pensarlo! ¿Qué tal en tu país?

EL CAPITALISMO NECESITA DE GUERRAS Y CONFLICTOS DESTRUCTIVOS PARA RESOLVER EL PROBLEMA DE LA SOBREPRODUCCIÓN. Podrá cada vez menos recurrir a esta estrategia--y la oposición socialista se aprovechará. Si no lo ves ahora, verás. Te lo prometo. Y de ahí vendrán siempre nuevas oportunidades para arrancar este cáncer de raíz...pues eso es lo que hará falta...

Anónimo dijo...

Se necesita el cambio mediante la sociedad civil, pero como dijo Guy Debord, estamos inmersos en la llamada sociedad del espectáculo, la inteligencia, la cultura, la intelectualidad, ha quedado adormecida ante la hipnosis general que supone el supuesto bienestar del capitalismo. El cambio hacia sistemas totalitarios queda totalmente descartado y por supuesto, el comunismo no deja de ser más que un hermoso ideal con un horizonte utópico inalcanzable. El cambio no ha de venir de otro sistema, sino del mismo sistema es decir, es necesario un capitalismo más humano, más social, menos basado en su primer axioma "máximo beneficio a menor coste", y más basado en los hombres, en las personas, en definitiva, que no utilice una falasa racionalidad carente de moral de ningun tipo. Para mi, el cambio es verdaderamente dificil de lograr, si bien es cierto, que cuando veamos los dientes del lobo, nosotros la sociedad civil, tendrémos que despertar y luchar por un mundo más justo, más humano, más social.

Nada más. gracias por su tiempo y esperemos que los ideales ilustrados vuelvan a resurgir en estos tiempos de necesedidad.

Anónimo dijo...

El capitalismo tiene defectos, pero es el menos malo de los sistemas posibles. Nos ha llevado a un progreso tecnológico, social i econòmico importante. Ahora empieza incluso a ocuparse de la ecologia.

Y qué ha hecho vuestro comunismo? Un sistema dictatorial sin ningun tipo de libertad, cada país era una càrcel de su pueblo, e incapaz de promover el más mínimo desarrollo. La gente se hartó y el comunismo cayó. Así de claro, no podeis presentar esto como un modelo, y tampoco sirve la teoría de que "aquello" no era el verdadero comunismo.

Vosotros mismos vivís en el capitalismo, y seguramente no os va del todo mal. Que dure. Seguid protestando, el sistema lo permite.

The Crazy Mouse dijo...

Santiago, el comunismo no es sinónimo de dictadura, ni el capitalismo de democracia (Franco era un dictador y un anticomunista-capitalista).
No sé lo que tu entiendes por libertad, pero si prefieres a políticos corruptos que se comen todo el capital y a las multinacionales norteamericanas rondando por todo el territorio mundial (McDonalds), mientras la "clase media" tenemos que jodernos, continua con tu modo de pensar.
PD: el capitalismo es insostenible ya que la Tierra es finita.

Anónimo dijo...

El capitalismo es ya una amenaza al planeta entero. Por esa razón la principal oposición a esa depredación solo puede venir del movimiento ecologista. El futuro solo puede ser un sistema en el que la vorágine sea regulada y aplacada por el Estado, pero se ha demostrado que un sistema socialista puro, opresivo, no es alternativa. Tal vez un sistema mixto, del cual la experiencia venezolana es actualmente su punta de lanza (a pesar de que el caracter del presidente Chavez es su principal desprestigio) sea el futuro. Tiene que serlo, porque si no, los desequilibrios ecológicos que se derivarán serán (son ya)los causantes, como mínimo, de la miseria en amplios sectores del planeta que servirán para compensar la opulencia de unos pocos. A ver si despierta la izquierda, abandonando dogmatismos estatalistas y elaborando nuevas alternativas, para iniciar una nueva etapa en la que se convierta en una respuesta válida al actual sistema, lo cual es ya imprescindible

Anónimo dijo...

Tu análisis anticapitalista es muy bueno. El miedo de la burguesía, el donativo a regañadientes del estado del bienestar, las crisis de sobreproducción, etc. Todo esto es muy correcto y cercano a las tesis del marxismo.

Pero creo que erras cuando haces el análisis de la URSS. La URSS no fue una corporación burocrática fascista ni totalitaria. No hasta 1956, cuando, una vez muerto Stalin, Kruschev hizo el golpe de Estado que marcaría el alejamiento de la URSS al socialismo, y la aproximación sucesiva a la economía mercantilista.

Pocos conocen la historia de la URSS y el porqué las mafias se consiguieron apoderar de las empresas públcias y estatales que regían la economía socialista.

Además, en tu texto, en este aspecto te contradices. No dudas en calificar a la URSS de régimen totalitario y fascista, incluso de compararlo con el régimen alemán, pero luego, cuendo hablas del capitalismo y el estado del bienestar, no dudas en decir que eso era socialismo.

En efecto, en la URSS hubo socialismo, la mayoría de la población rusa (170 millones) aumentó su nivel cultural y su calidad de vida. Se industrializó el sector agrícola y la URSS, en pocos años, se convirtió en segunda potencia económica mundial gracias a los planes quinquenales de Stalin.

Con motivo de la constante agresión por parte del mundo capitalista, el partido bolchevique se vio obligado a declarar la guerra a alemania y entrar en la segunda guerra mundial para derrotar al fascismo, objetivo que, afortunadamente consiguieron, pagando un precio alto (20 millones de rusos muertos por la guerra).

Esta guerra obligó, por necesidad, a admitir en el partido a mucha gente sin la preparación política adecuada, dando entrada en el partido a gente de ideología burguesa, a oportunistas, que cuando pudieron, no dudaron en apropiarse de los recursos públicos.

Todo esto, incluida la creciente burocratización ya criticada por Lenin en los años 20, era bien conocida por Stalin, el cual no escatimaba esfuerzos en criticar, una vez acabada la guerra.

Stalin no fue lo suficientemente duro como para realizar otra purga de oportunistas. La represión Stalinista, que la hubo, no afectó ni al 3% de la población total de la URSS en los peores años de la represión. Estamos hablando de cerca de 700.000 muertos (también hay que tener en cuenta que no había antibióticos, y que la gente moría por casi nada) y cerca de 2 millones de presos. La inmensa mayoría declarada culpable por juicios públicos.

La historia es larga y compicada. Esto es sólo un muy esquemático resumen. Si quieres informarte más en profundidad de lo que ocurrió, puedes hacerlo en estos enlaces:

http://www.marx2mao.com/M2M(SP)/Stalin(SP)/SC36s.html#s2

http://eroj.org/biblio/stalin/economic/problema.pdf

http://www.eroj.org/entero01/item06.htm

http://www.pcoe.net/Libros%20digitales%20autores/Stalin.html

De mi propio blog (cojido del historiador Carlos Hermida):
http://superlemming.blogspot.com/2009/08/desmintiendo-mitos-de-la-urss-parte-2.html

Saludos.

Anónimo dijo...

Muy buen blog y tema.

aparte de los de siempre que tienen la mente cerrada con candado y los que viven BIEN... a los demas.. los que tienen la mente mas abierta.. haber si lo demostramos,no votando a esos partidos de derechas ni socialdemocratas ni nacionalistas de ocasion,que son parte del sistema.. por descalificacion,solo queda uno en españa que reuna el minimo de cordura social.empezemos por ahi de momento. saludos