27/2/08

Crisis de sobreproducción del s. XXI




 Dani Rodrick, economista político de Harvard: "En un mundo globalizado, la tasa de interés se fija en Nueva York, el salario real en Shangai y el impuesto a las ganancias en las islas Caimán."

Stephen Mihm: "Es como Voldemor, el némesis de Harry Potter que no puede ser nombrado: la Gran Depresión"

Sobreproducción

Es habitual presentar las fases depresivas como la excepción al funcionamiento normal del capitalismo pero lo cierto es que lo "normal", una vez alcanzada la fase monopolista - en que unas cuantas grandes corporaciones dominan en todos los mercados - es la sobreproducción que lleva más pronto o más tarde a la depresión.

Las crisis de sobreproducción no son algo nuevo para el capitalismo. Malthus, Sismondi, D. Ricardo, J. B. Say, J. S. Mill, ... ya discutieron sobre el tema desde principios del siglo XIX. Intuían la existencia de un devenir cíclico en el funcionamiento del sistema y la extraña persistencia de las fases depresivas. Algunos pensaron que las crisis de sobreproducción podían ser muy persistentes (espiral depresiva) e incluso llevar a un estancamiento permanente, mientras que otros pensaban que existían mecanismos automáticos que reequilibraban el sistema.

En la medida que las sucesivas depresiones se fueron superando, las tesis de los automatismos del mercado se impusieron en las facultades de economía. Pero, en realidad, el escapismo frente a las crisis de sobreproducción ocurría por elementos ajenos al sistema. La colonización, la depredación, la privatización de comunales y bienes públicos, ..., en definitiva, el espíritu de frontera del sistema, la conquista del Oeste capitalista, la recuperación "capitalista" de China y la URSS, la "Globalización", hasta englobar todos los recursos, todos los territorios, todas las culturas, ... todo el planeta, solía ser el catalizador de nuevas fases expansiva. Otro catalizador, cada vez más evidente, eran las guerras y la consecuente destrucción aparejada.

El elemento determinante de las crisis de sobreproducción es la concentración del capital, la polarización social y el retraimiento de parte de la inversión por la disminución de los beneficios a causa de la contracción de la demanda. En capitalismo el capital se va concentrando cada vez más hasta que el sistema alcanza su fase monopolista, fase en la que todos los sectores económicos acaban en manos de unas pocas corporaciones multinacionales que se aprovechan imponiendo situaciones de monopolio, oligopolio, monopsonio y oligopsonio.

El sistema polariza la distribución de la riqueza hasta tal punto que deja buena parte de la producción sin posibilidad de ser absorbida por el consumo. El consumo de lujo de unos pocos y el consumo forzado - mediante agresivas campañas de publicidad y de crédito compulsivo - de un sector decreciente de la población mundial (los consumidores) cada vez más desquiciado (capitalismo del desperdicio).

Del modelo del Tratado de Detroit al neoliberalismo


El temor a la revolución socialista tras la 2a Gran Depresión y la 2ª G.M., se tradujo en políticas keynesianas que nivelaron la distribución de la renta, estimulando el consumo que a su vez animaba la inversión en la economía real. Un crecimiento sostenido que duraría hasta finales de los 60. A partir de entonces empieza a repuntar de nuevo una situación de sobreproducción y caída de beneficios industriales. La severa recesión de 1973-74 marcaba el punto de inflexión y la subsiguiente de 1979-82, su confirmación.

Dos vías se ofrecían a las naciones en la década de los 80. Un giro radical a la izquierda para desmantelar el capitalismo monopolista y sustituirlo por alguna variante de la senda socialista o socialdemocrata o un giro radical hacia la derecha y esto es lo que se produjo.

Ante el avance de la crisis, el sistema experimentó una deriva doble e interrrelacionada: La deslocalización para elevar los beneficios de explotación de los monopolistas, y la hipertrofia financiera y especulativa para estimular la demanda, conseguir beneficios extraordinarios y aumentar la concentración corporativa. Ambos procesos resultaron complementarios puesto que la deslocalización exigía fuertes dosis de concentración monopolista para asegurar la integración empresarial que la financiarización potenciaba de forma exponencial. Pronto, en todos los sectores de la economía, los actores pudieron contarse con los dedos de las manos o incluso de una sola mano. Los sectores ofertantes de bienes públicos (educación, transporte público, sanidad, suministro de agua ... ) también caían, uno tras otro, en manos de monopolios privados.

El crac depresivo podía haberse generalizado durante la década de los 80. La apertura de China y el bloque soviético a la penetración del sistema, representaron la última frontera de la conquista capitalista, una inesperada oportunidad de depredación, privatización de comunales y bienes públicos, como no se había presentado en décadas, incluido el expolio de la preparación, cualificación, educación e ingenuidad de una enorme masa laboral, vendida por las nomenklaturas traidoras, a cambio de una bolsa de monedas .

De pronto, la triunfante corriente burguesa dentro de la burocracia china se mostraba dispuesta a ceder todo el capital humano y material, duramente acumulado tras largos años de revolución, encuadranado su mano de obra, sus recursos y la totalidad de su territorio en la globalización capitalista. Una oportunidad de oro, caída del cielo comunista, para las multinacionales.

Por otro lado la disolución del bloque soviético y del COMECON, (área de libre comercio de los países del este) abría de pronto nuevos mercados a una Europa en fase de sobreproducción aguda.

Fueron 20 años de locura y depravación. El sistema había triunfado definitivamente. Ya nada se oponía a su paso triunfal. Se llegó a plantear "el final de la historia" pues ya nada se iba a entrometer en la senda del sistema "único".

Ambos procesos proporcionaron un respiro, pero la monstruosa deriva financiera había alcanzado tal grado de hipertrofia que la bonanza se decantó en favor casi exclusivo de la expansión financiera. La capacidad de consumo del antiguo bloque soviético cayó en picado mientras que la inversión productiva pasaba de largo y se iba a China. Rusia y los países del Este sólo representaron una parada y fonda para el antojadizo capital especulativo que organizó unas cuantas burbujas a finales de los noventa, seguidas de otra irracional ola especulativa inmobiliaria para inaugurar el milenio.

La rápida transformación (terapia de choque) del 2º mundo (antiguo bloque soviético) en 3r mundo (eufemisticamente llamado "países en transición"), significó la pauperación más rápida y contumaz de la historia. Cientos de millones de personas pasaron a la condición de pobreza extrema, permanente y definitiva en cuestión de meses. La población rusa estubo disminuyendo un millón de almas al año durante toda una década. Al final del proceso el consumo de la zona se redujo al lujo de los cleptócratas y criminales en medio de un océano de pobreza y marginación.

La recuperación vía especialización internacional nunca se produjo. Los países del centro y este de Europa fueron pasto de las maniobras especulativas del capital internacional mientras la reorganización "capitalista" se hacía bajo los parámetros del crimen organizado.

En poco más de una década el sistema había engullido dos continentes para encontrarse de nuevo en situación de sobreproducción aguda e hipertrofia financiera.

Causas de la crisis de sobreproducción


Una contradicción insalvable: negar a los productores la capacidad de ser consumidores.

La crisis de sobreproducción está ahí desde hace años, solapada, y retroalimentándose a partir de:

1. Los infra-sueldos asiáticos (China, India, ... ) que fuerzan a la baja (bajo amenaza de deslocalización/externalización) los sueldos de los trabajadores del norte industrializado.

2. La débil capacidad negociadora de los asalariados, con sindicatos burocráticamente enquilosados, para mantener el valor real de sus salarios y que ha permitido que la carga fiscal de los estados (vía IVA, IRPF, ...) recaiga casi enteramente sobre ellos, reduciendo así su capacidad adquisitiva y deprimiendo el consumo. En esta línea continúan la Comisión Europea, Sarkozy y compañía, eliminando la tributación por patrimonio y sucesiones a la par que aumentando los tipos del IVA.

3. La creciente polarización social de las últimas décadas, que enrarece la renta disponible para el consumo de los trabajadores en tanto que infla las disponibilidades de las clases rentistas que, como mucho, consumen determinados productos de lujo. El tejido productivo se ha ido adaptando a esta polarización. Automóviles de alta gama, yates, construcción residencial, la sofisticación, el diseño, el capricho, ... un enfoque predador insostenible ha impregnado todos los sectores de una actividad productiva puesta al servicio exclusivo de los ricos y sus émulos, imbuidos hasta la médula por "el pensamiento "único" impuesto por los medios de masas, endeudados hasta las narices y machacados por campañas publicitarias cada vez más agresivas.
El avance imparable de la polarización social se traduce en la proliferación de espacios secesionados - off worlds - para ricos, ciudades futuristas, ciudades flotantes, selectas urbanizaciones sobre islas artificiales, ... un verdadero matrix de sofisticadas vivencias artificiales prefabricadas, aisladas del océano real de miseria y destrucción ecológica generalizada por el caos capitalista.

4. El excesivo ahorro por parte de los chinos ricos.

La tasa anual de crecimiento de China, de un 8-10%, ha sido probablemente el principal estímulo para el crecimiento de la economía mundial durante los últimos diez años. Japón, Corea, Australia, Taiwan y otros países vecinos deben actual crecimiento a las exportaciones de componentes industriales hacia China. Sin embargo la inversión en China era el reverso de la desinversión en otros lugares. En el taller del planeta se pagan sueldos miserables a unos trabajadores encuadrados en régimen de dictadura, que jamás podrán adquirir lo que producen.

Desde 2001 el porcentaje del PIB chino exportado ha pasado del 3% al 10%. Pero los ingresos acumulados (superávit comercial) no se han traducido en un aumento de la demanda china al exterior sino que las empresas reinvierten en capacidad exportadora y en sustitución a las importaciones.

China ostenta el récord de la mayor polarización social del planeta, polarización que explica que aunque suba y suba la "renta per cápita china, la gran mayoría de los chinos son cada vez más pobres, y la pequeña minoría de chinos enriquecidos no consumen lo suficiente (maldito Confucio). Philips, por ejemplo, posee 23 fábricas en China y produce bienes por valor de cerca de 5.000 millones de dólares, pero exporta dos tercios de su producción a otros países porque no hay mercado en China.

Este ahorro descabellado se ha sumado a la enorme masa internacional de fondos rentistas en busca de colocación lucrativa. Un descomunal volumen de instrumentos de crédito en busca de colocación se ha convertido en el soporte del consumo tanto público como privado de EEUU pues buena parte de estos excedentes se colocan en bonos del Tesoro norteamericano (deuda pública federal) permitiendo a Bush bajar impuestos a los ricos y financiar sus guerras con una deuda nacional (regalo a sus sucesores) que rondará los 5 billones de dólares cuando ceda el bastón de mando.

(Sobre los temas tratados ver el libro de Michel Aglietta: Désordres dans le capitalisme mondial)

De la economía "Dinero- Mercancía - Dinero" a la economía "Dinero - Dinero"

En la fase actual de la dinámica capitalista el sistema sobrevivía dentro de una incubadora financiera que se está resquebrajando por todas partes. Ha sido esta enorme bola de crédito en que se han convertido los mercados financieros, la que ha había venido ocultando el desajuste real que genera la crisis de sobreproducción. Deuda pública, deuda corporativa, deuda hipotecaria, deuda de consumo, ..., una explosión de deuda sin parangón histórico.

Los beneficios del sector financiero representaban en 2004 el 40% del total de beneficios corporativos norteamericanos. En 1964 representaban escasamente el 2%. La parte mayor del pastel de los beneficios y de las rentas era apropiado por gente que no producían nada de valor, nada comestible o con algún valor de uso. Se trataba de productores de "deuda". El enorme peso relativo del sector financiero iba a la par con su influencia política y su capacidad dictar normas, políticas y prioridades.

Parecía como si las finanzas hubieran desarrollado un nuevo circuito mágico Dinero - Dinero, en el cual el dinero se puede hacer a base de dinero, sin la intervención de la producción y el comercio real. ¿El secreto (o mejor, el truco)? Niveles de explotación sin parangón en los paraísos industriales "low cost", y niveles escalofriantes de apalancamiento financiero convinados con una abyecta manipulación ("management" queda más fino) de la sensación de riesgo. La desregulación de los mercados se convirtió en la bandera tras la cual el mundo marchaba hacia un "el Dorado" que resplandecía y nos aguardaba en el horizonte.

La desproporción creciente en la distribución de la riqueza generaba una creciente masa de ciudadanos "sin recursos" cuyo consumo era sólo posible a base de endeudamiento, pero la manipulación de los índices de riesgo permitía que se concediera saldo a un mundo plagado de insolventes.

La deuda total de la economía de los EEUU creció desde el 255,3% del PIB en 1997 hasta el 352,6% en 2007.

El virtuosismo de la "nueva economía"


Las agencias de inversión colectiva (fondos de inversión, fondos especulativos, fondos mutualistas, aseguradoras, fondos soberanos, ... ) detentaban ya más del 50% de todos los títulos con cotización oficial a principios del segundo milenio.

El punto de mira del rentista no es la producción sino las cotizaciones. Se priorizan los dividendos frente a todo y por supuesto frente a los salarios. No es el éxito en la producción y el servicio, sino el éxito en los mercados financieros, lo que determina las conductas de los consejos de administración.

Entre 1998 y 2001, la llegada de la "Nueva economía" significaba la entrada en una fase nueva de acumulación y crecimiento sin límite. No solamente se ignoraban los síntomas de la depresión sino que se negaba su más remota posibilidad.

Los prestamistas exigían rentabilidades mínimas del 15 o el 20%. Las empresas que recortan sus inversiones, que desatienden el mantenimiento, las que reducen sueldos y personal, ..., son las premiadas en lo mercados.

Los gurús de “la nueva economía”, los máximos exponentes del neoliberalismo en boga, los adalides teóricos del expolio y la explotación que han reducido "la participación del trabajo" a una insignificante parte de la "cadena de valor", se postulaban ellos mismos como el nuevo "valor añadido" del crecimiento exponencial, gracias a la “economía del conocimiento”, donde las “ideas” se constituyen en las nuevas fuerzas productivas que dejarían en un papel menor a las demás.

En esta dinámica, los e-men de Enron (que transformaron una empresa energética en un casino), los matemáticos de Wall Street, diseñaban opacos “productos” financieros con una sofisticada tecnología que disolvía el riesgo como por encantamiento.

La despreciable producción material cedía ante el nuevo objetivo de la producción "virtual". Con la Nueva economía, el objetivo prioritario de la firma pasa a ser "el valor accionarial" y el estímulo empresarial las stock-options. No es el éxito en la producción y el servicio sino el éxito en los mercados financieros lo que determina las conductas de los consejos de administración.

Pero lo que realmente era "virtual" era la información que circulaba sobre la situación económica real. Desregulación, paraísos fiscales, e ingeniería financiera hacían de la opacidad el medio en el que se hacían los negocios y una espesa niebla envolvía los crecientes desequilibrios que iban ha hacer estallar todo el tinglado.

Todos alumnos de Enron


Enron, una de las primeras compañías USA del sector de la energía, fue uno de los alumnos con matrícula de honor de la nueva economía. Sus fondos no era para mejorar las infraestructuras energéticas de sus clientes si para montar operaciones de intermediación y pura especulación financiera en los mercados de "commodities" (gas, petróleo, acero, papel, ...) y por supuesto engrasar los bolsillos de congresistas y senadores (crony capitalismo) para que desregularan a su favor.

Cuando llegaron los malos resultados de su "ingeniería financiera" aparecieron "beneficios virtuales" por arte de magia gracias a una densa y opaca trama de más de 3.000 sociedades filiales en paraísos fiscales capaz de presentar, por virtud de auditorias reconvertidas en consultoras, inmaculados balances para la sociedad matriz.
La auditora Arthur Andersen fue condenada el 16 de junio de 2002 en los tribunales federales de Houston, por obstruir la justicia, destruir y alterar documentos vinculados al colapso y las irregularidades de Enron Corporation. Cientos de CEOs de la auditora se afanarían en los meses que siguieron en quemar toda la documentación que les implicaba en la trama. Los caballeros de la tabla redonda del mundo empresarial corriendo con mecheros y papeleras humeantes por los pasillos de la auditora más importante del mundo, un digno espectáculo de ética empresarial.

La burbuja crediticia: un esquema Ponzi planetario

El "dinamismo" de la "nueva economía"era en realidad sinónimo de opacas técnicas contables, proliferación de oscuros tinglados societarios (sociedades de préstamo hipotecario, sociedades de empaquetamiento de préstamos, Hedge Funds, Private Equity Funds) que compensaban sus operaciones en cámaras de Compensación bancaria internacional con cuentas secretas numeradas (Clearstream , Euroclear), ... para condimentar un apetitoso menú de productos financieros aderezados con altas expectativas de rentabilidad y de "control del riesgo" y con la impunidad que ofrecen los paraísos fiscales, y centros offshore para digerir y acumular las ganancias.

La "creatividad" financiera dio vida a un monstruoso sistema financiero en la sombra ("shadow financial system") en el que entidades financieras no bancarias de todo tipo (bancos de inversión, fondos hedge, fondos del mercado monetario, SIVs, conduits, etc.), como si de bancos se tratara, piden prestado a corto y prestan o invierten a largo, fuera de cualquier marco regulado, sin plegarse a ningún control o reglamentación de riesgo, creando de la nada un verdadero océano de instrumentos de crédito sin respaldo real alguno.

Al contrario de los bancos, estas criaturas están libres de las regulaciones bancarias -ratio de capital y reservas, coeficiente de caja, etc. - y no gozan de la red de seguridad del banco central como prestamista de última instancia en caso de que los depositarios se pongan nerviosos y retiren de golpe sus depósitos.

En total se creó y se vendió un total de unos 900 billones de $ de deuda titulizada. (El PIB anual de EEUU es de 14 billones y el PIB total del planeta de 65)

Los principales bancos norteamericanos y británicos y algunos europeos se han convertido en los últimos años en verdaderos fondos especulativos gigantescos que dedican buena parte de sus fondos a complicadas operaciones apalancadas de trading. El caso de M. Jerôme Kerviel, un operador (trader) subalterno que hizo perder en un fin de semana nada menos de 5.000 millones de € a la Societé Generale francesa, es paradigmático de la deriva que ha tomado el sistema.

Todo eso hace que la situación real, tanto de activos como de pasivos, de la mayoría de las empresas y bancos se desconozca.

De hecho nadie sabe a ciencia cierta el valor de la enorme acumulación de capital ficticio que se ha creado en las últimas décadas debido al carácter puramente ilusorio, sino falsario de los títulos que componen ese capital, de ahí la desconfianza en prestarse entre sí de los bancos temerosos de la solvencia de sus congéneres que hace subir el EURIBOR. Decenas de billones de $ en títulos de créditos estructurados que en muchos casos incorporan sub-primes, están congelados en las arcas de bancos y fondos de inversión pues nadie sabe su valor real y por tanto han dejado de circular.

Existen más de 10.000 hedge funds (de los que 4/5 domiciliados en las islas Caimán) con una cifra de operaciones diaria cercana a los 6 billones de dólares (1/2 del PNB USA) básicamente en productos derivados de crédito (hipotecas basura, CDOs y similares) y hoy no hay ningún medio de reglamentarlos. La cifra de estos "derivados" ha pasado de 0$ en 1996 (no existían) a 5 billones de dólares en 2005 y a más de 30 billones en 2006.

Los indicadores de riesgo de los mercados son sistemáticamente falseados para hacer creer a los ahorradores que sus fondos están seguros. Con tipos de interés por los suelos, los"productos de diseño" financieros sustituyen a las poco rentables inversiones en la economía real. Esto facilita la entrada de capital fresco en la bola financiera en fase alcista que sirve para ir cubriendo las insolvencias. Un macro esquema Ponzi planetario.

El paliativo de financiarizar la crisis ha funcionado hasta ahora y ha permitido a los medios de propaganda (economistas y periodistas) mantener la ilusión de un capitalismo boyante.

¿Podrá seguir manteniéndose esta ilusión? Se trata de un círculo vicioso. El problema es que esta vez la bola de nieve financiera ha cobrado vida propia y ya no hay quien pueda controlarla.

"Keep America Rolling"


La quiebra de Enron en 2001 significó un síntoma de alarma pero la nueva economía aún no había hecho todo el daño de que era capaz. Con unos tipos de interés reales negativos durante varios años, se había iniciado la burbuja crediticio-inmobiliaria que retrasaría algunos años más el correctivo pero que elevaría el precipicio de la recesión a cotas insospechadas.
Aunque los economistas pierdan el Norte, la realidad va imponiendo machaconamente los puntos cardinales. Entre 1983 y el 2006 la parte de los salarios en el PIB de la Union Europea habían caído un 8,3% y los de EEUU más todavía.

Así pues la economía real no seguía a la euforia financiera... si no era a base de préstamos. Los hogares norteamericanos tomaron préstamos entre 1998 y 2006 por un importe superior - ajustado a la inflación - a todos los prestamos contratados en los 30 años anteriores.

El sector público seguía a la zaga. Reagan había incurrido en un déficit público superior a todos los de sus predecesores (desde G. Washington a J. Carter) sumados. Bush padre e hijo siguieron su ejemplo.

Paralelamente a la burbuja inmobiliaria, los grandes del automóvil disfrutaban también de una década de ventas "subprime". Sus subsidiarias financieras competían ofreciendo tipos de interés irrisorios. General Motors, a través de GMAC LLC, lanzaba una campaña a tipo "cero %" ocho días después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 titulada "Keep America Rolling" consiguiendo un aumento del 42% en las ventas de octubre.

El estallido de la burbuja


En realidad era toda la economía la que funcionaba a base de ingentes cantidades de crédito.

Pero el nivel de endeudamiento mundial ha tocado techo y la burbuja ha estallado. El agujero es de tal magnitud que ya se empiezan a ver las orejas al lobo:

Banque des Reglaments Internationaux (Reunión mensual de los banqueros centrales en La Bâle, Suiza) Working Papers nº 23. Julio 2007 : “ La parte de los beneficios es inhabitualmente elevada en el presente ( y la parte de los salarios inhabitualmente baja). De hecho la amplitud de esta evolución y el abanico de países implicados no tiene precedente en los últimos 45 años

M. Alan Greespan: Financial Times Londres. 27 de septiembre de 2007 :“El desacoplamiento entre la débil progresión de los salarios y de los beneficios de las empresas hace temer un aumento del resentimiento, tanto en EEUU como en otros países, contra el capitalismo de mercado” ... "la peor crisis desde la 2ª guerra mundial" (Curiosamente, Greespan, cheer leader de la industria financiera, el artífice de las subprime y del crack financiero, ha sido contratado por Paulson and Co., un fondo hedge que descontó la crisis a mediados de 2007 y se está haciendo de oro.

Raghuram Rajan (nuevo economista jefe del Fondo Monetario Internacional): El mundo está invirtiendo demasiado poco. La inversión ha disminuido de golpe desde diez años, y sólo ha ido acompañada de una recuperación insegura."

George Soros: El fallo en el control del libre mercado ha causado "no una crisis normal sino el final de una época."

Martin Wolf (Financial Times) " el capitalismo neoliberal murió el 14 de marzo del 2008 cuando la Reserva Federal ordenó el salvamento de Bear Sterns"The Independent (28 de marzo de 2008): "... Asistimos nada menos que al desmoronamiento del liberalismo, el modelo ideológico y económico dominante en los últimos 30 años"

Apaga fuegos


Actualmente es todo el edificio capitalista el que se tambalea al romperse la urna de cristal que lo mantenía con vida. La magnitud de las grietas es tal que los emplastes y los parches son cada vez más espectaculares: continuas bajadas de tipos de interés, inyecciones de liquidez masiva y nacionalización apresurada de pérdidas.

El primer pinchazo se registró en los mercados monetarios, suministradores de fondos a corto plazo (con tipos de interés más baratos) para inversiones en activos financieros a largo plazo (con tipos de interés más altos). Los bancos más agresivos (R.U., Islandia, Países del Este, ... ) habían sustituido los depósitos de clientes por los abundantes fondos a corto plazo instrumentados mediante letras de cambio, suministrados por los participantes - fondos hedge, fondos de inversiones , ... - mercados monetarios.
Cuando los mercados monetarios se secaron de golpe:

Primer descalabro. El Northern Rock

Reino Unido: A finales del verano de 2007 se transforman los depósitos bancarios del Northern Rock en deuda pública y poco después el banco sería nacionalizado (el primer crack de un banco inglés desde 1866) . La causa inmediata de la quiebra se debió a la contracción en la liquidez del mercado monetario. El 9 de agosto se congelaron los mercados monetarios. El lunes 12 de agosto el banco pedía socorro al Banco de Inglaterra. Ni un penique para cubrir la ventanilla.


El problema no eran las "subprime" sino el apalancamiento. No se contaba con que si la liquidez de los mercados se bloquea, no importa la etiqueta -prime o subprime- de tus activos. Si no hay compradores para esos activos y tienes que pagar dinero adicional porque pediste prestado con garantía de unos activos que ya no valen lo que valían y los prestamistas exigen compensaciones, estamos en bancarrota.

El banco era un ejemplar de la nueva economía. En poco tiempo había pasado de ser un pequeño banco regional del NE de Inglaterra a ocupar el quinto puesto en el ranking hipotecario británico. Empaquetaba las hipotecas en bonos que luego vendía a inversores de todo el mundo. Entre "paquete" y "paquete" cubría sus necesidades de caja colocando papel comercial a corto plazo, garantizado con derivados financieros, en el mercado monetario (en el que operan fondos -fondos del mercado monetario - que invierten a corto plazo), despreocupándose de la tarea primordial de cualquier banco, obtener depósitos.

Su expansión fue meteórica. En los primeros meses de 2007 sus préstamos eran el 31% superiores al mismo período del año anterior, pasando del 7% al 19% de cuota del mercado hipotecario británico en sólo un año. Cuando a primeros de agosto del 2007, para sorpresa de sus directivos ( y de los "inocentes" supervisores públicos - Financial Services Authority - que no habían encontrado ninguna irregularidad en el arriesgado funcionamiento de la entidad) se congeló la liquidez del sistema, se rompió la rueda - andaba flojo de caja pues su último empaquetamiento había sido en mayo- y el banco tuvo que cerrar sus ventanillas de caja.

La reacción de las autoridades monetarias inglesas fue de estupefacción. La primera andanada del sunami financiero les había pillado literalmente en bolas. Perdieron un tiempo precioso organizando rondas de negociación - que resultaron fallidas - para que el banco fuera absorbido por otra entidad.

Mientras, - por primera vez en la historia - la Reserva federal , el Banco Central Europeo y el de Japón, de forma coordinada, aportaban a los bancos privados con problemas de liquidez 0,5 billones de euros, aceptando como "garantía", los bonos hipotecarios sub-prime, el Banco de Inglaterra optó por mostrarse "duro" y Northern Rock se fue a pique.


EEUU, beneficios privados, ... pero nacionalizando pérdidas a destajo


Promesas de Bush de impedir la quiebra de los bancos americanos a cualquier precio (de nuevo a cubrir las pérdidas privadas con fondos públicos). Compromiso de Bush de impedir la bancarrota de las aseguradoras que tienen como función especializada reembolsar a los bancos los créditos "malos" ligados a las subprime. De hecho la mayoría está en situación de quiebra técnica pues dotar las provisiones para incobrables excedería en mucho a su actual capitalización.

La reacción era más que previsible. Cuando las Cajas de Ahorro norteamericanas (S.&L.), animadas por la desregulación de los 80, pagaban altísimos intereses por los depósitos garantizados por el Estado y se dedicaban a hacer las arriesgadas apuestas ludópatas que las llevaron a la quiebra, el contribuyente norteamericano cargó con los 100.000 millones de $ del agujero.

La desregulación a permitido que enormes instituciones financieras hipotecarias privadas (pero con respaldo estatal) como son Fannie Mae y Freddie tengan una ratio pasivo/capital de 70/1. Es decir se trata de enormes monstruos financieros descapitalizados especializados en comprar títulos hipotecarios a los bancos que empaquetan y convierten obligaciones que venden a inversores confiados por el respaldo público que se otorga a estas antiguas criaturas del New Deal. Numerosas instituciones financieras de grueso calibre han invertido "prudentemente"en los títulos que emiten: Fondos de pensiones de jubilación, fondos mutualistas e incluso bancos centrales extranjeros.

Respondieron a la llamada de la burbuja lanzándose ciegamente a la piscina de la especulación inmobiliaria repartiendo suculentas primas a los políticos para que hicieran la vista gorda a su desproporcionado nivel de exposición. La envergadura de la exposición actual es de unos 5 billones de $ y el capital invertido no llega a los 70.000 millones. El pinchazo inmobiliario está diluyendo el valor de respaldo de sus activos y los contribuyentes (hoy en EEUU los ricos ya no contribuyen) van a tener que pagar los platos rotos.

La Reserva Federal se ha convertido en la casa de empeños de la Banca de Wall Street


Nacionalización encubierta de pérdidas semejante al caso del Northen Rock. La Reserva Federal norteamericana ha extendido a 0,2 billones de dólares las facilidades otorgadas a los bancos para financiar el stock de activos invendibles. Esto se hace a través de dos programas, uno de subasta de fondos y otro de préstamos de recompra, la Reserva Federal acepta como garantía los títulos sub-prime y derivados que los bancos no pueden vender en el mercado abierto. Aunque formalmente transitorios, estos préstamos se han convertido en una suerte de aporte de capital, ya que se renuevan indefinidamente. Al igual que en el caso inglés, el Estado no interviene para liquidar los activos irrealizables de los bancos sino para mantener la estabilidad de sus balances.

La Reserva Federal ha modificado radicalmente sus funciones, porque en lugar de inyectar dinero en el mercado mediante la compra de títulos públicos, se hace cargo de los activos desvalorizados de los bancos. En los hechos, abandona la función de un banco central para convertirse en una casa de empeños que acumula los créditos incobrables.

Cuando en marzo 2008 el banco Bear Stearns quedó patas arriba - una situación similar a la del Northern Rock pero de mucha más envergadura - la RF prestó inmediatamente a JP Morgan Chase el dinero para comprar Bear Stearns, tomando como garantía del préstamo ingentes cantidades de títulos subprime. El salvamento de Bearn Stearns a apuntalado algo la crítica situación de JP Morgan con el que mantenía multitud de operaciones cruzadas.

La quiebra de Bear Stearns amenazaba dejar en el aire 13.400.000 $ en derivados - diez veces más que la quiebra del Long Term Capital Management (LTCM) en 1998.

Pero la RF no podrá repetir operaciones de este tipo at infinitum. Si Lehman Brothers y Citigroup caen el salvamento llevaría al agotamiento de los recursos de la RF. Las reservas de la RF están constituidas básicamente 0.8 billones de $ en forma de obligaciones del tesoro (deuda pública). Si resulta fallido el préstamo a JP Morgan la Reserva Federal habrá de vender sus obligaciones del tesoro. Si agota sus 0.8 billones de $ no le quedará más remedio que recurrir a imprimir pagarés sin respaldo alguno o recurrir al salvataje del Tesoro (darle a la maquinita a lo Mugabe.)

¿Crac del Dólar?


Bajadas continuadas de los tipos de interés en EEUU. La del verano calmó algo los ánimos pero hundió a la moneda americana. Pero ¿hasta donde pueden bajarse los tipos de interés cuando en términos reales son casi negativos? La amenaza de crisis global es de tal magnitud que los EEUU no dudan en poner en peligro al dólar como moneda de referencia internacional.



El dólar no está respaldado por la economía del país que lo emite, sino por la de la zona que lo utiliza. La deuda pública norteamericana esta financiada en buena parte por China, Rusia y los países del Golfo que mantienen enormes sumas en bonos del tesoro. Si la OPEP o China deciden que ya no quiere dólares, sería el fin de la hegemonía norteamericana. El 28 de marzo de 2006, el Banco Asiático de Desarrollo (Asian Development Bank –ADB) dirigió a sus miembros una nota en la que les aconseja prepararse para un posible colapso del dólar. ( De hecho la cantidad de dólares en circulación se ha convertido en un secreto pues la Reserva Federal no publica sus datos)

Las consecuencias de que crecientes cantidades de contratos petrolíferos dejen de hacerse en dólares y de que, simultáneamente, muchos países se deshagan de sus reservas de esta moneda, serán funestas para EE.UU.

Como se va a extender la crisis:

A fecha de hoy los mercados financieros son como una cámara vieja de bicicleta llena de parches. Tapas un pinchazo por un lado y revienta por otro.

Crisis de la deuda externa de los países en desarrollo y crisis mexicana de 1982, crack del 1987, quiebra de las cajas de ahorros norteamericanas de 1989, crack del Nikkei a causa de la burbuja inmobiliaria en Japón en 1990, crisis del Sistema Monetario Europeo en 1992; auge bursátil de 1993; nueva quiebra de México en 1994 y efecto Tequila; crisis asiática de 1997 con devaluaciones en cadena (efecto Dragón) y la presión sobre los mercados financieros occidentales para recolocar los fondos detraídos de Asia; suspensión de pagos de Rusia en 1998 (efecto Vodka); crisis brasileña de 1999 (efecto Samba); Crisis turca en el 2000; pinchazo de las punto.com (NASDAQ) a comienzos del 2001 con la secuela del caso Enron y las compañías auditoras; Quiebra del estado y corralito en Argentina en 2001-2002; seis años de burbuja inmobiliaria y bursátil y crack de las hipotecas basura en 2007.

La única manera de lograr un reequilibrio en el balance de los bancos implicará, más pronto o más tarde, la venta desordenada de sus activos con el consecuente impacto en la valoración del resto de los instrumentos financieros directa o indirectamente vinculados, alza en sus primas de riesgo y derrumbe de su valor. La riqueza de los ciudadanos USA (acciones, bonos, pensiones, vivienda) caerá en picado como ocurrió en la época de la Gran Depresión.

Los parches a base de despilfarro de fondos públicos, tipos de interés por los suelos, declaraciones de alto nivel, y campañas mediáticas de despiste o pura patraña no van a ser suficientes. Si no fuera por la deriva financiera de los últimos 7 años ya estaríamos en depresión. El descalabro financiero - como en el caso del 29 - no hará más que evidenciar, y quizás profundizar la depresión.

¿Aprendimos algo tras el pinchazo de las punto.com?



¿Saldremos de la crisis del 2008 con más parches y remiendos o hemos entrado en la fase final e irrecuperable del rebote del gato muerto del sistema? (Cuando se produce un rebote en los mercados financieros en fase de pinchazo de la burbuja en el argot se trata del rebote del gato muerto)

El bandazo de la especulación hacia el sector inmobiliario tras la debacle de las punto.com (aconsejado y apoyado con unos tipos del 1% por M. Alan Greespan) mantuvo el espejismo de la autoregulación del mercado. El dinero volvía a la economía real y generaba inversión y empleo. Parecía como si se hubiera vuelto a la senda correcta del crecimiento sostenido. Pero la demanda de inmuebles no venía de la gente que necesita casa sino mayoritariamente del capital que especulaba con el tocho. Las parejas jóvenes seguían sin hijos y viviendo en casa de sus padres. Y la especulación inmobiliaria es mucho más peligrosa por sus consecuencias económicas y sociales (crac inmobiliario japonés de los 90).

Sobrevenida la crisis ya hay quienes reprochan a Greenspan de "fuga hacia adelante" y de decisiones que permitieron "que el genio se escape de la botella".

Especular con papelines (punto.coms) tiene el riesgo de convertir en humo tus apuestas, pero el humo no mata. Especular con inmuebles es mucho más peligroso, puede dejar un lastre de insolvencias que arrastra a buena parte del sector bancario. Cuando se rompe la rueda es un edificio lo que se te viene encima. Puede generar unos niveles de sobreproducción imposibles de digerir en décadas. Puede encender la mecha de la gran depresión.
¿Si en esta fase el capitalismo necesita de la especulación para generar demanda, en qué se va a especular ahora? Pues no les quepa duda. El oro, las materias prima y por qué no, los alimentos. La deriva especulativa hacia las "commodities" (Oro, Cobre, petróleo, alimentos) no va a remitir, manteniendo al alza los precios del petróleo, la materias primas y los alimentos y por tanto reproduciendo las condiciones de estanflación.

La más peligrosa deriva especulativa va a ser hacia los alimentos. Arroz, soja, trigo, ... van a experimentar subidas récord que en las condiciones actuales de globalización implicarán hambrunas por todo el planeta con reacciones totalmente imprevisibles. Todo el edificio del comercio internacional puede venirse a bajo en cuestión de meses. Es curioso observar como los principales responsables del descalabro, el FMI y el BM, están emitiendo avisos y declaraciones sobre la inminencia del Sunami.

El círculo vicioso de la gran depresión


El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, arrastrará al resto de la economía real. Los precios de los inmuebles empiezan a bajar. Los bancos y las cajas de ahorro están pilladas de lleno en el negocio de la hipotecas, tarjetas de crédito "oro", préstamos para automóviles y demás. Con intereses reales a menudo negativos tenían que vivir de las comisiones usureras vinculadas a las hipotecas. El riesgo que han acumulado en sus activos es tremendo. Del negocio de la hipotecas ya no se puede vivir. ¿De que van a vivir ahora las cajas y los bancos?. De donde van a sacar el dinero cuando la mayoría son en realidad "bancos subprime" poco o nada fiables.

En los próximos años los veremos emular a las agencias inmobiliarias intentando desprenderse de los pisos desvalorizados acumulados por las insolvencias de sus clientes. Los hipotecados pasarán a ser inquilinos y las hipotecas alquileres.

La caída del sector inmobiliario arrastrará a la quiebra a las finanzas de los municipios con el consiguiente recorte en los servicios municipales y en los sueldos de sus empleados.

Además muchos bancos están pillados con las operaciones de Private Equity. Han concedido enormes sumas a este tipo de fondos especializados en comprar - reestructurar - vender empresas que operan con apalancamientos del 1:400 y más. Estas operaciones tienen un ciclo de 3 0 4 años, tras el cual la operación puede generar plusvalías del 30 y el 40 %, siempre y cuando estemos en fase alcista. Hay 0,5 billones de $ atascados en operaciones private equity (capital riesgo) que pueden implicar unas pérdidas de de 0,25 millones de $. ¿Quien tapará los enormes agujeros que van a dejar las operaciones actualmente en curso frustradas por la recesión?


El hundimiento de las finanzas y del crédito provocará la bancarrota de empresas en EEUU en una primera fase y posteriormente en el resto de países. El enorme doble déficit comercial y doméstico de EEUU que se va a agudizar con unos tipos de interés por los suelos, no da margen a demasiada maniobra. El gigantesco rescate inmobiliario y financiero costará a los contribuyentes estadounidenses un billón de dólares o más. Y queda la duda de como podrá colocarse esta ingente adición a la deuda federal en un mercado mundial saturado de bonos USA con los tipos de interés por los suelos y un dólar - papel ( ¿higiénico?).

Será el sálvese quien pueda. Reducción de la producción, despidos masivos. El paro y la miseria se extenderá como una mancha de aceite por todo el planeta, tanto más cuanto que los trabajadores se hallan en un estado de total falta de preparación ideológica para ofrecer resistencia.

Con la presión de la globalización los sistemas de protección social están bajo mínimos, incluso en países como Alemania o Francia. La línea de la pobreza ha ido subiendo en los años de vacas gordas al tiempo que la polarización social se disparaba.

Menor poder adquisitivo implica menor consumo. Es difícil que los rentistas vuelvan a suministrar fondos a los desesperados. La caída del consumo generará más paro y así sucesivamente. La crisis hará aumentar exponencialmente la polarización social y sin resistencias previsibles las leyes maltusianas empezaran a operar reduciendo la depauperada población sobrante (ya pasó en Rusia tras las privatizaciones de los 90; la indigencia inducida por la terapia de choque neoliberal se cargó a más de 10 millones de rusos en una década)

¿Volverán a subir las bolsas en condiciones de depresión?


Pueden estar tranquilos los inversores con aguante. La fase de depresión es la de la reconversión, la del canibalismo. Las absorciones y las fusiones se van a multiplicar por 100. Dentro unos meses cualquier cosa que haya sobrevivido será buena en bolsa.

Hemos entrado en el círculo vicioso de la gran depresión, el reino del capital. Es en estas condiciones que el capital más agresivo hace fortuna. Los competidores flaquean y los mejor dotados crecen a sus expensas. Las fortunas de hoy van a parecer miseria para la concentración de capital que se avecina. El capital especula con sus propias vísceras.

Los fondos hedge (Soros, Paulson and Co., Renaissance Technologies, ...) pueden estarse lucrando apostando a la baja en los mercados financieros y al alza en los de commodities. Soros hizo su fortuna jugando a la baja contra la libra esterlina en 1992 hasta forzar la devaluación que le generó ganancias por 1000 millones de $. Paulson and Co. lleva ganados varios miles de millones de $ a partir de complejos instrumentos financieros diseñados para lucrarse a la baja del crack inmobiliario.

La opacidad financiera a favorecido la impunidad, el crecimiento del crimen y las mafias. Las mafias controlan sectores económicos, gobiernos y estados. La ceguera financiera ha propiciado la sustitución de la burocracia por el crimen organizado en buena parte de los países estalinistas. La criminalización del sistema aumentará con la crisis pues la única respuesta previsible en las condiciones actuales de capitalismo es la criminalización de sectores enteros de la economía. La última fase del capitalismo es el criminalcapitalismo.

El bio-planeta tiene que pasar página del capitalismo o no sobrevivirá



Crisis financiera, medioambiental, energética, ... El capitalismo es un cáncer en fase terminal y exige una respuesta global.

La salida capitalista a la primera gran depresión (1873-1896) fue la expansión colonial y el reparto de África. Las derivas nacionalistas o fascistas como las que se estilaron en los años 30, donde grupos empresariales se amparaban de estados e ideologías nacionalistas desnaturalizadas para que les defendieran, estuvieron a punto de cargarse el planeta . Ya no hay países "desacoplados". Los estados bailan hoy al son de las multinacionales. Los pactos nacionales entre patronos y obreros son historia. Hoy los pactos son entre multinacionales y estados u organismos supranacionales como la Comisión europea.

Hay que pensar el mundo de otra manera. Los etnólogos han descrito sociedades que para reproducirse penalizan a los "ganadores" obligándoles a repartir sus ganancias. Y el "éxito" se celebra en una ceremonia de reparto entre todos los miembros del clan. Pues bien, el reparto forzado no ha eliminado en absoluto las ansias de éxito en estas sociedades sino todo lo contrario.

Racionalidad. Las manos invisibles suelen estar trucadas. No hay mecanismos automáticos fiables cuando quien está al mando son unos pocos indeseables.

La sociedad humana tiene que encontrar un sistema de funcionamiento basado pilares racionales que permitan su reproducción no traumática. Nuevos valores, nuevos códigos de conducta, nuevas constituciones, nuevos organismos internacionales, nuevas legislaciones, nuevas regulaciones sobre las responsabilidades, ... para encajar las fuerzas productivas en un marco racional de servicio solidario y afrontar con esperanza los desafíos ecológicos y medioambientales que nuestra irracionalidad ha causado al planeta.

En fin, no será suficiente con cambiar la cámara pinchada. El mundo habrá de empezar a pensar en cambiar de bicicleta.

5 comentarios:

Alberto dijo...

La verdad no suelo escribir nunca en los comentarios y he llegado aqui desde meneame,pero hay que reconocer que te has currado un post grandioso
OLE OLE OLE

Lhrod dijo...

Estoy completamente de acuerdo con el post, sin embargo creo es necesario tener en cuenta en la ecuación el enorme peso del petroleo barato en la economía y la alta probabilidad que haya llegado el pico de Hubbert, lo que implica una crisis energética como ningún político actual pueda imaginar. Y además el problema de no tener recursos para "desarrollar" tecnología alternativa. Osea que opino que esta crisis que se nos viene encima no es comparable con ninguna otra que haya pasado, por lo que en general veo demasiado optimista y temerario, porque genera falsas esperanzas, pronosticar una recuperación del mercado. Es mas no creo que sea tan simple como buscar un nuevo modelo económico, mas bien creo que lo queramos o no volveremos a un modelo de economía de subsistencia.

Anónimo dijo...

Menos economía financiera y más economía real, con sus ciclos, sus crisis, sus escaseces y sus periodos florecientes, como ha sido toda la vida.

Es un fenómeno natural: los ecosistemas atraviesan épocas buenas y malas. Las épocas malas sirven para que el equilibrio se reajuste y así poder empezar otra época buena.

Y viva la regulación, si sirve para poner freno a los avariciosos vendedores de aire.

Abajo el liberalismo !

Tito Aedo dijo...

Acabo de leer este post... y es marzo de 2009...
he quedado impresionado por la lucidez de vuestra pluma...
sencillamente NOTABLE

Alejandro Ruiz dijo...

Buenas, me llamo Alejandro y nos gustaría contactar con usted, somos de la Revista Laberinto (http://laberinto.uma.es). Puede contactarme en alejandroruizmorillas@gmail.com